Baiona pierde 2 millones de Europa para reformar Santa Liberata

Errores urbanísticos en los proyectos que iba a financiar la ayuda concedida hace más de 2 años impiden terminarlos en plazo

El proyecto planteaba limitar el tráfico y recuperar el arbolado alrededor de la capilla.

El proyecto planteaba limitar el tráfico y recuperar el arbolado alrededor de la capilla. / Marta G. Brea

La humanización del entorno de Santa Liberata anunciada hace tres años tendrá que esperar unos cuantos más. El Concello de Baiona ha renunciado a los 2 millones de euros de fondos europeos que el Gobierno central había otorgado en diciembre de 2021 para llevar a cabo este y otros proyectos relacionados con el desarrollo turístico.

Lo ha hecho a causa de los “graves errores” urbanísticos detectados en dos de las propuestas formuladas por el anterior gobierno municipal, cuya corrección retrasaba todavía más los trámites e impedía llegar a tiempo para terminar las obras en diciembre de este año, el plazo límite establecido para evitar la pérdida del dinero. Una decisión que “duele especialmente” al alcalde, Jesús Vázquez Almuiña, porque “no contamos con 2 millones de euros todos los días”.

Una de las polémicas de la campaña electoral giró precisamente en torno a las ayudas europeas. El anterior alcalde, el socialista Carlos Gómez, aseguró unos días antes de las elecciones haber logrado otra subvención de 2,1 millones procedente de los fondos europeos Next Generation para modernizar el casco histórico. Tras la cita con las urnas se confirmó que la ayuda nunca había sido concedida. Esta que ahora se esfuma sí había sido otorgada 15 meses antes y el delegado del Gobierno de entonces, José Miñones, llegó a visitar el municipio en marzo de 2022 para confirmarla.

El tripartito PSOE-BNG-Nós había presentado una ambiciosa propuesta en la que gastar los 2 millones en 2021. La mitad de la subvención, 940.000 euros, se destinarían al espacio en torno a Santa Liberata, para limitar la presencia de vehículos y unificarlo con el resto del casco histórico, además de recuperar el antiguo atrio de la ermita, con su pavimento natural, sus árboles y su sombra.

El resto del montante iría dirigido a la creación de una red de bicicletas y patinetes eléctricos para conectar las parroquias con el centro sin necesidad de sacar el coche, la puesta en marcha de una app con información útil para vecinos y visitantes en tiempo real como la disponibilidad de plazas de aparcamiento.

Incongruencias

Se planteaba además la creación de rutas de senderismo que permitirían recorrer a pie todas las parroquias y de aparcamientos disuasorios. Aquí aparecían las incongruencias, según explica Almuiña. Tanto las sendas como algunos de los aparcamientos invadían fincas privadas sin conocimiento de los propietarios e incluso uno de los espacios destinados a parking se situaba sobre el parque infantil de la Avenida de Sabarís, en las proximidades del supermercado Carrefour.

Se colocaba un parking en una finca privada y un parque infantil

Para corregir esta cuestión, señala el alcalde, “habría que modificar el Plan Xeral de Ordenación Municipal, trámite complicado que imposibilitaría finalizar las obras a tiempo de no perder la ayuda”.

Tratando de impedir la pérdida de los 2 millones, el gobierno municipal solicitó a la Xunta y al Ministerio de Industria la posibilidad de cambiar los proyectos. La intención era sustituir los erróneos por otros dos: el control digitalizado de accesos al casco histórico y la elaboración de una experiencia de realidad virtual alrededor de la Arribada de 'La Pinta' y su contexto histórico. Pero los departamentos autonómico y estatal rechazaron la nueva propuesta por salirse de la filosofía de mejora de la movilidad de la convocatoria. La respuesta llegó al Concello en febrero y el Ayuntamiento comunicó en las últimas semanas la renuncia porque “en diez meses sería imposible” subsanar los fallos, recalca el regidor.

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