Hace un año y casi dos meses que la emblemática Casa Peralba pertenece a todos los gondomareños. El Concello se la compró a la propietaria por 400.000 euros en los últimos días de julio de 2021 con la intención de convertirla en un espacio cultural, pero la reforma se hará esperar. Las obras iniciales de conservación programadas este verano para garantizar que nada se venga abajo en la finca están paralizadas. El motivo, la polémica tala de árboles que el gobierno municipal ordenó nada más adquirir la propiedad. La Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta exige al Ayuntamiento que justifique aquella corta de árboles que movilizó a la oposición.
Fue en agosto del año pasado cuando se desató la polémica. La mayoría de los árboles de la finca desaparecían, Manifesto Miñor colocaba pancartas en el muro de la parcela señorial para denunciar el “arboricidio”, mientras que el BNG exigía explicaciones al alcalde por escrito y en pleno. Paco Ferreira justificaba entonces la corta de árboles por las recomendaciones de profesionales de la jardinería al tratarse de ejemplares enfermos.
Tras limpiar la finca, la Administación municipal encargaba a un arquitecto un plan de obras básicas para mantener en pie los bienes del recinto hasta que se lleve a cabo la rehabilitación integral que permita utilizar el interior de la vivienda con fines sociales o culturales. En mayo sacaba a concurso aquellos trabajos urgentes –reparación de muros caídos, de tejados dañados, retirada de los tocones de los árboles talados, reparaciones en el hórreo...– por 63.590 euros con cargo a una subvención de la Diputación. Necesitaba el permiso de Patrimonio por tratarse de un edificio catalogado pero adelantó la licitación del contrato por agilizar el proceso. El departamento de la Xunta emitía informe el 8 de julio en el que, además de requerir una planificación más detallada de las obras al Ayuntamiento para autorizarlas, le exigía “documentar e xustificar a talla de árbores realizada”. Cinco días después, el 13 de julio, el concurso público se declaraba desierto y no se ha vuelto a convocar, ni tampoco se ha enviado una respuesta a Patrimonio, según informaba ayer el portavoz de Manifesto Miñor, Antonio Araúxo, tras consultar el expediente.
Camelios, naranjos, rododendros
Araúxo afirma que en la finca había “camelios de cen anos, laranxeiras, un cedro, rododendros etc.” y lamenta que “as arbitrariedades do señor Ferreira unha vez máis teñen consecuencias” , ya que “eliminou árbores de interese sen ningún tipo de autorización previa ou estudio” y eso ha puesto en peligro, recalca, la rehabilitación de la Casa Peralba.
El alcalde rehusó ayer pronunciarse sobre el asunto aunque recientemente admitía que se plantea posponer las obras previstas en la parcela señorial y desviar el dinero de la ayuda provincial a otros fines.
