La riqueza de la emblemática Casa Peralba de Gondomar no solo está en el continente, sino también en el contenido. El tiempo se detuvo en su interior hace más de una década, cuando se marchó la última heredera de la familia que la construyó a principios del siglo pasado. Sus pertenencias continuaban donde las dejó. La ropa en los armarios, el menaje en las alacenas, las fotografías y cuadros colgados en las paredes, los libros en las estanterías... Auténticos tesoros que el Concello de Gondomar recoge en un inventario. Muebles centenarios que han resistido los ataques de la polilla y la humedad por su gran calidad, entre los que destacan un viejo piano, un reloj de pie, un armario de caoba o singulares camas, forman parte del conjunto. Buena parte de ellos guardaban libros de gran valor, los más antiguos del siglo XVIII, piezas de ropa de interés histórico y numerosos objetos que analizan especialistas para su restauración, explica el alcalde, Paco Ferreira.
El gobierno municipal ha encargado la selección a Rita Fernández, la licenciada en Historia especializada en gestión del Patrimonio que ha puesto orden en los fondos de la biblioteca municipal. Con la ayuda de operarios municipales, la experta ha enviado a la basura ya decenas de bolsas. “Encontramos artículos interesantes, pero también muchos muy deteriorados, sobre todo ropa y útiles domésticos”, señala.
Los artículos de mayor valor ya están a guardados a buen recaudo, como una cubertería de plata o la colección casi completa “España Sagrada”, escrita por el fraile agustino Enrique Flórez y publicada en 1747, además de alguna pieza de joyería. Ahora quedan por clasificar las piezas que ayudarán a conocer más a fondo la historia de la casa y que son candidatas a restauración. “Hay un traje tradicional gallego con sus abalorios y sus encajes, ropa militar, trajes masculinos de los años 20 del pasado siglo...”, enumera la historiadora, que se ha encontrado también con una antigua radio Telefunken de la que se desconoce la antigüedad.
Felipe Carlos Velasco, el restaurador de muebles antiguos jubilado que da clases organizadas por la Asociación de Mulleres Rurais en el Centro de Desenvolvemento Local, ha visitado ya la casa para colaborar también en la purga. “Esto es una maravilla. Hay muebles de más de cien años y muchos vienen de talleres portugueses, conocidos por la calidad de sus trabajos”, subraya.
El Concello busca un espacio libre de humedades donde guardar las piezas hasta encontrarles una utilidad. “Se podrá hacer una exposición”, indica el alcalde. Ferreira ya ha iniciado contactos con el estudio del arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura, premio Pritzker 2011, para explorar la posibilidad de que se encargue del proyecto, “siempre que podamos costearlo”.
El Concello de Gondomar compró hace tres meses la finca señorial de algo más de 4.000 metros cuadrados por 400.000 euros. Su intención es convertir la vivienda principal en la futura biblioteca municipal y la de servicio, en centro social para la tercera edad.
