La parroquia redondelana de Reboreda ya se ha puesto manos a la obra para reparar los daños causados por el impacto de un rayohace casi cinco meses en la iglesia de Santa María. Una tormenta eléctrica derribó a primera hora de la mañana del pasado 8 de marzo la cúpula del campanario del templo, cuyas piedras de gran tamaño se precipitaron tanto hacia el atrio de la iglesia como hacia su tejado, causando importantes daños materiales.
El párroco de Reboreda: “Fue terrible, no me lo creía cuando vi el campanario sin la cúpula”
Desde entonces, los sillares se encontraban amontonados a la espera de la reconstrucción, que arrancó la semana pasada. Unos trabajos que desarrolla la empresa de cantería del maestro Pelayo Alfaya, de Randufe, y que serán lentos y laboriosos, ya que tienen que clasificar una a una las piedras para ir encajándolas en su posición original sobre la torre del templo.
“Es como un complejo rompecabezas, con bloques de gran tamaño, que hay que ir colocando poco a poco para después numerarlos. Había que empezar cuanto antes porque si las piedras pasaban otro invierno tiradas se podían perder los musgos y líquenes que tienen en su parte exterior, que son los que dan pistas sobre el lugar que ocupaban en la cúpula”, explica el párroco de Reboreda, Carlos Rodríguez Álvarez.
Esta primera fase de las obras se financiarán con los fondos parroquiales, los ahorros de una década que estaban previstos para otros fines, pero que las circunstancias obligaron a cambiar de destino. “Confiamos tener esta semana completa la clasificación de todos los bloques y la previsión es que el 95% del material se pueda volver a colocar”, comenta. Aunque para volver a ver la cúpula en el campanario habrá que esperar bastante tiempo. Al menos dos años, calcula el párroco. “Hay que redactar el proyecto, realizar el informe del arquitecto, solicitar las autorizaciones a Patrimonio y sobre todo, buscar financiación, porque se trata de una actuación costosa”, puntualiza.