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Un solo bombero para 100.000 habitantes

Cuatro bajas dejan al GES Val Miñor bajo mínimos en pleno verano

Un bombero del GES Val Miñor actúa ante un camión en llamas en Santa Marta, en Baiona. | // GES VAL MIÑOR

Avanzada ya la temporada alta, la población miñorana se ha multiplicado por tres y supera con creces los 100.000 habitantes, tras rebasar precisamente este año la barrera de los 45.000 censados. Más riesgos de accidentes o incendios, por lo tanto, pero menos protección que nunca este verano. El Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) do Val Miñor está bajo mínimos. Cuatro bajas médicas lo han dejado desde que arrancó el mes de julio con solo ocho efectivos de la plantilla operativos y la situación obliga a organizar numerosos turnos de 24 horas con un único bombero de servicio.

La Mancomunidade sigue sin contratar los seis efectivos comprometidos tras los trágicos incendios de 2017

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Una circunstancia que, a efectos prácticos, es equiparable a una ausencia de servicio porque, por razones de seguridad, un efectivo no puede intervenir solo en un incendio ni excarcelar a una víctima en un siniestro de tráfico. En caso de emergencia, habrá que esperar que lleguen equipos de Vigo o de Baixo Miño. “Llevamos avisando desde hace tiempo que el servicio es peligroso para la población porque no podemos ofrecer la respuesta necesaria y para nosotros mismos”, explican desde el grupo operativo.

Pero “los tres concellos asumen que la población se triplica y se nota únicamente en los refuerzos policiales, no en los nuestros”, señalan los agentes que se juegan la vida para salvar otras y que reciben, en ocasiones, reconocimiento por ello, aunque solo sea social.

No habrá nuevas incorporaciones

La Administración estuvo a punto de compensarles los méritos hace casi cuatro años, tras la grave oleada de incendios de octubre de 2017, que arrasó parroquias miñoranas enteras e incluso acabó con la vida de dos vecinas de Chandebrito. Aquello les valió una mejora de las precarias condiciones laborales, aunque a medias. Firmaron a principios de 2018 su primer convenio laboral con la Mancomunidade en 21 años de servicio. El organismo se comprometía a ampliar la plantilla en un 50% en tres años. Es decir, a contratar seis bomberos más antes de finalizar 2021. Faltan cinco meses para eso y las incorporaciones no se van a producir. El presidente de la entidad comarcal, Paco Ferreira, alcalde de Gondomar, reconoce que “eso está parado”. Como los propios efectivos lamentan, “pasas de ser un héroe a que no te hagan ni caso”.

"Pasas de ser un héroe a que no te hagan ni caso", lamentan los profesionales

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Ni la bolsa de empleo creada para reforzar el servicio en caso de necesidad está disponible. Solo queda una persona anotada, que no resuelve el problema de bajas actual, recalcan desde el servicio, y además su validez ha caducado, según reconoce el propio Ferreira. De ahí que bomberos y Mancomunidade hayan iniciado precisamente esta semana las negociaciones para crear un nuevo retén para realizar sustituciones, que en ningún caso estará activo hasta finales de año.

El aumento de plantilla es “inviable” de momento, asegura el presidente de la Mancomunidade porque “la normativa impide contratar”. Así que el GES sigue adelante con ocho bomberos, muchas horas extra y hasta turnos doblados de dos días seguidos en ocasiones. Y así seguirá “hasta que pase algo grave, arda algo o se muera alguien”, sentencian los profesionales.

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