El Concello de Baiona ha puesto en marcha el proceso oficial para adquirir el viejo cuartel militar de Cabo Silleiro con la intención de convertirlo en un espacio público de ocio tras aceptar el Ministerio de Defensa su oferta y recibir todas las autorizaciones. El Ayuntamiento invertirá un total de 369.060 euros, el precio por el que el recinto salió a subasta pública en otoño. Lo hará en cuanto la Corporación municipal dé luz verde a la reserva de crédito en el próximo pleno, el día 9 de abril.

El alcalde, Carlos Gómez, prevé cerrar la compraventa con Defensa antes del verano, “en torno al mes de mayo”. Después, arrancará la parte más compleja y probablemente costosa de la iniciativa: recuperar las viejas baterías y las edificaciones ubicadas en los 98.000 metros cuadrados de terrenos que pasarán a formar parte del patrimonio municipal. Tras casi 23 años sin actividad, su estado es ruinoso.

El precio de mercado de los terrenos es de 500.845 euros, según la tasación municipal

Una vez quede aprobada la consignación económica, el Concello deberá formalizar un aval ante el ministerio por valor del 5% del coste total, según explica el regidor, y a continuación iniciar los trámites para realizar el pago definitivo.

Para llegar a este punto, el Ayuntamiento ha recorrido un complejo camino administrativo. En primer lugar, tuvo que encargar un informe pericial para justificar la viabilidad de la compra y su interés público, con una tasación de los terrenos que contrastase el precio estipulado por Defensa. El estudio confirmó que la cantidad que pedía el ministerio era menor al valor de mercado y tasó los terrenos en 500.845 euros, a 5,18 por metro cuadrado, muy por encima de los 3,81 euros por metro cuadrado de la oferta pública del Estado que finalmente se pagarán.

La Xunta respalda la adquisición

La Xunta también ha dado el visto bueno a la adquisición. La Dirección Xeral de Patrimonio emitió un informe favorable sobre el interés del bien patrimonial, en el que estima además que su compra por parte de la Administración local “puede colaborar a la mejor conservación y difusión de sus valores”.

Todavía no hay proyecto para el futuro del entorno y está previsto convocar un concurso de ideas. “Queremos que sea un espacio para diferentes actividades, multiocio. Y ponerlo en valor desde el punto de vista paisajístico, medioambiental e histórico”, señala el alcalde.

La remodelación requerirá trámites urbanísticos, ya que el Plan Xeral califica los terrenos de rústicos de especial protección y condiciona su desarrollo a la redacción de un plan especial que contemple la recuperación del patrimonio histórico.

CUATRO CAÑONES QUE NUNCA DISPARARON Y UNAS RUINAS


Desde que inauguró en 1943, miles de reclutas de toda España pasaron por la batería costera J4 para prestar el servicio militar hasta que dejó de ser obligatorio en 1996. Defensa mantuvo vigilado el espacio dos años más pero finalmente lo abandonó. El acceso está prohibido pero las pintadas y basura amontonada en las ruinosas edificaciones dejan claro que el viejo complejo castrense aún recibe visitas.

Cuatro cañones alineados en la ladera de Cabo Silleiro son los protagonistas de una instalación diseñada para defender la ría de Vigo de un posible ataque que nunca se llegó a producir. Jamás dispararon, ni para demostrar el alcance de 16 kilómetros que se les atribuía. Las piezas de artillería están unidas por túneles con un búnker y en superficie quedan los restos de los edificios: barracones, cantina, viviendas de mandos y hasta una pista deportiva.