En plena tercera ola de la pandemia, con buena parte de la población en teletrabajo y sin clases presenciales en la universidad, un barrio de Gondomar pasó un total de 50 días sin línea de teléfono ni internet por un lío de cables. Literalmente. Nueve familias que habitan en el lugar de A Torre, parroquia de Chaín, han permanecido sin el servicio básico de comunicación porque el tendido estaba enmarañado.

Todo comenzó la segunda semana de diciembre. Unos operarios llegaron a la zona para sustituir los postes que soportan el cableado. Unos se habían caído o torcido a causa de los temporales y otros presentaban un deterioro considerable. A partir de ese momento, los afectados empezaron a notar deficiencias en el servicio. “Fallaban los teléfonos de vez en cuando, pero fue el día 14 cuando nos quedamos sin línea”, explicaron ayer algunos de ellos.

Comenzaron las quejas formales. “Nos pusimos en contacto en múltiples ocasiones con las compañías suministradoras y todas hacían referencia al enjambre de cables que habían dejado los operarios al cambiar los postes”, señalan. Incluso llegaron a desplazarse trabajadores de mantenimiento. “Todos decían que no podían repararlo solos y que eran necesarios al menos dos operarios”, apuntaban ayer vecinos que llegaron a pedir auxilio al Concello de Gondomar. Manifesto Miñor se comprometió a poner el asunto sobre la mesa en el pleno de mañana.

Ya no será necesario. Ayer mismo, exactamente 50 días después de la supuesta avería, al fin se desplazaron dos personas para arreglar el desaguisado.