"Salvemos a hostelería", "Non somos o problema" o "todos somos esenciales" son algunos de los lemas que pueden leerse en las ventanillas los turismos, furgonetas y hasta camiones de bebidas que han recorrido este jueves la comarca del Val Miñor para reclamar un plan de rescate para el sector ante el cierre decretado por la Xunta para frenar el avance de la pandemia del Covid-19. Reclaman un plan de ayudas para rescatar al sector de la "ruina total" no solo de los negocios, sino de las decenas de familias que se han quedado sin ingresos al rechazar el SEPE las prestaciones por ERTE.

A una velocidad de entre 20 y 30 kilometros hora y armados con bocinas para visibilizar ante sus vecinos su indignación y hacerse oír, más de 200 vehículos formaron una caravana lenta convocada por la Asociación de Empresarios OValmi y la Federación Provincial de Hosteleros de Pontevedra (Feprohos), que se prolongó en torno a 3 kilómetros. 

Caravana de hosteleros del Val Miñor Alba Villar

La comitiva partió pasadas las once de la mañana en dirección a Nigrán y Panxón, uno de los puntos turísticos de la comarca donde se concentran buena parte de los establecimientos, para continuar hacia Gondomar y Baiona, otra localidad afectada por partida doble. El municipio se ha quedado excluido del cierre perimetral decretado en el entorno de Vigo y los bares siguen abiertos. De manera que "no tenemos clientes porque no pueden desplazarse hasta aquí pero seguimos abiertos generando únicamente gastos", señalan algunos de los afectados.

Más de cien bares y restaurantes de Nigrán y Gondomar han presentado solicitudes de ERTE, parte de ellos autorizados por la Xunta de Galicia y rechazados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para los trabajadores contratados después del 18 de marzo. En una comarca como la miñorana, eminentemente turística, son numerosos los contratos que se realizan durante el verano, por lo que el sector teme que serán decenas los trabajadores que se quedarán sin ningún tipo de ingreso en los próximos meses.