Los perros de la comarca miñorana dispondrán de su primer parque específico en Baiona tras dos años de espera. El Concello retoma el proyecto anunciado por el anterior gobierno municipal del PP en la primavera de 2018 con la previsión de abrirlo antes de este verano, según confirmó ayer el alcalde, Carlos Gómez. La licitación está en marcha por importe de 30.247 euros, cantidad que la Administración municipal afrontará con cargo a una ayuda concedida por la Diputación Provincial hace exactamente doce meses.
La iniciativa municipal surgió a raíz de las reivindicaciones de un grupo de vecinos que reclamaban un lugar donde poder dejar sueltos a sus perros sin ocasionar molestias. Durante el invierno pueden hacerlo en las playas, pero la normativa municipal se lo impide del 1 de junio al 30 de septiembre. Proponían que se les permitiese en verano llevar a los canes a uno de los cinco arenales del municipio y llegaron a convocar una concentración "perruna" para ello, que congregó a una veintena de personas con sus correspondientes mascotas.
El gobierno municipal del PP encargó entonces el proyecto para crear el recinto, de 500 metros cuadrados, en el prado existente junto a la playa de Os Frades, en la cara sur de la península de Monte Boi. El diseño plantea un cierre perimetral de madera de 0,90 centímetros de altura. En su interior, se colocarán elementos acordes con el entorno para que los animales se ejerciten.
El actual gobierno PSOE-BNG-Nós recogió el guante y puso en marcha la tramitación, que se extendió más de lo esperado debido a las afecciones del espacio elegido. Su emplazamiento litoral y su proximidad a la fortaleza de Monte Boi implica autorizaciones de la Jefatura Provincial de Costas y de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta que se han demorado, según explicó ayer el alcalde, el socialista Carlos Gómez.
Las dudas del tripartito respecto al proyecto también contribuyeron al retraso, afirma el regidor, que considera que "la ubicación quizás no sea la más adecuada". No obstante, el equipo al frente del Concello decidió seguir adelante con el espacio "porque existe una demanda social que debemos atender y no tenemos otro sitio donde hacerlo".
