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Los "guernicas" de Oia salen a la luz

La apertura de la exposición de los grabados de los presos del campo de concentración que ocupó el monasterio en la guerra civil convierte a la localidad en capital gallega de la memoria histórica

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Oia recupera su memoria histórica

Silencio en el monasterio de Oia. Al otro lado del teléfono, Joan Salvador Castellá, uno de los últimos supervivientes del campo de concentración que la abadía del siglo XII albergó durante la guerra civil, responde con un "¿sí?" que sobrecoge a los presentes. Todos se mantienen callados para cumplir con su deseo de homenajear a los compañeros que no lograron salir con vida de aquel calvario y para que escuche el sordo minuto. La edad no perdona y, a sus 98 años y muy a su pesar, Joan Salvador no pudo ser testigo ayer de la inauguración de la exposición de los grabados a lápiz que en las paredes del único cenobio cisterciense junto al mar de Europa dejaron algunos de los más de 5.000 prisioneros republicanos que por allí pasaron entre 1937 y 1939. Pero estuvo presente a través de un vídeo grabado por su hijo para la ocasión.

Desde que cumplió los 50, ha traído a casi todos sus familiares verano tras verano para que conozcan la que fue su cárcel y para que la terrible historia que encierra no caiga en el olvido. La llegada del mal tiempo le ha impedido viajar esta vez, pero cuenta ante las cámaras cómo se las arreglaba para sortear el hambre en la prisión franquista, de la que salió en diciembre de 1938. No recuerda cuándo llegó allí, pero sí a los compañeros y las buenas migas que llegó a hacer con los guardas por su juventud.

Un caluroso aplauso cerró la emotiva proyección, momento estelar del acto que presentó al público los "guernicas" de Oia, las huellas del horror de la guerra en las paredes del monasterio. Grabados en los que aquellos hombres víctimas del maltrato, el hambre y el miedo a morir dieron rienda suelta a sus inquietudes e ilusiones como vía de escape. Calendarios para contar los días hasta la libertad, textos para registrar su estancia, manjares suculentos con los que soñaban, escenas bucólicas y también bélicas podrán contemplarse hasta el 15 de diciembre.

"Os presos do mosteiro. Memorias da guerra civil española" es el título de la exposición que la propiedad del monasterio destaca como mayor trabajo de recuperación de la memoria histórica hasta la fecha en Galicia. Así lo recalcó ayer Xoán Martínez, director general de la sociedad Real Mosteiro de Oia, durante su intervención, en la que recordó que la muestra es el resultado de más de una década de trabajo por parte de un amplio equipo profesional y de una inversión de 270.000 euros, dentro de los 5 millones que se han destinado ya a proyectos de conservación, "sen ningunha axuda pública".

El proyecto arrancó poco después de la adquisición del inmueble, operación de la que ayer se cumplieron 15 años. Los dueños se encontraron con los grafitos a la intemperie por el estado de ruina de la construcción y, además de invertir en las cubiertas y en diversas obras de conservación, pusieron en marcha la investigación histórica para conocer los detalles de aquel campo de concentración y de sus prisioneros. Las entrevistas a los vecinos y a los supervivientes y familiares que localizaron ayudaron mucho. No solo a entender lo que ocurría dentro, sino también la solidaridad que venía de fuera. Por eso, la propiedad concibe la muestra como un sano ejercicio de memoria. "Esta exposición aspira a revelar os desastres da guerra, a dar a coñecer o que os presos sufriron e tamén a recoñecer os veciños de Oia, que compartiron o que non tiñan e arriscaron o que non tiñan por que arriscar", recalcó Martínez ante el medio centenar de oienses y representantes de grupos políticos y asociaciones culturales de la zona.

La restauradora que recuperó los grabados, Celia Casás, explicó el arduo proceso para extraerlos de las paredes y conservarlos, además de incidir en su valor histórico, mientras que el investigador Javier Costas Goberna, autor del reciente libro que relata la historia del campo de concentración, "Con otra mirada. Horror de la guerra civil española en el monasterio de Oia 1936-1939", calificó los dibujos de "verdadeiros guernicas".

La alcaldesa de Oia, Cristina Correa también intervino para agradecer el trabajo de Real Mosteiro de Oia para "por en valor o patrimonio e recuperar a memoria histórica de Oia".

Tras una interpretación de la canción popular "18 de julio" para abrir el telón de la conmovedora cita, la cantautora Su Garrido se encargó también de poner el broche con una vibrante versión de una canción francesa que uno de los presos de Oia entonaba en medio de las penurias tras realizar su propia traducción libre al castellano.

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