Dos años después de la tragedia que la convirtió en la zona cero de la oleada de incendios que arrasó Galicia en octubre de 2017, la parroquia nigranesa de Chandebrito ha repoblado buena parte de su superficie forestal con más de 20.000 ejemplares de árboles autóctonos con ayuda de una marea de voluntarios de colegios, empresas y oenegés. La idea es acabar con el monocultivo de eucalipto y, para seguir en esa línea, la comunidad de montes probará con una plantación de arándanos, frambuesas y moras en una pequeña parcela de 500 metros cuadrados en las proximidades del castro. Se trata de un proyecto experimental para recuperar las tierras en desuso o dañadas por el fuego que la Asociación Sectorial Forestal Galega (Asefoga) promueve en toda la comunidad y que arranca en este rincón de Nigrán gracias a un convenio entre los comuneros, el Concello y la Diputación, que aporta una subvención de 36.000 euros.
Muy de moda en las cocinas de los mejores reposteros y con cada vez mayor demanda entre los consumidores, los frutos del bosque, cuya producción ha crecido un 300% en España en los últimos 5 años, no necesitan de grandes superficie de tierra y resultan muy rentables económicamente, contribuyen a generar empleo y a evitar el fuego, que se propaga en gran medida por el abandono del medio rural, según explican técnicos de Asefoga, que iniciarán este mes la preparación el terreno para sembrar en diciembre. Uno de ellos, Diego Barral, espera que los primeros beneficios económicos lleguen en tres años, aunque se estima en siete el máximo rendimiento de la producción, con cerca de 20.000 kilos por hectárea. Según estas cifras, la plantación de Chandebrito podría obtener una tonelada en 2026.
Las condiciones del terreno son las más adecuadas, recalca el profesional. "O PH ácido do solo de Galicia, a humidade e o clima atemperado fan que esta terra resulte especialmente idónea para cultivar froitos do bosque, con cada vez máis demanda por parte do consumidor e cun rendemento moi superior ao resto da froita, xa que se están a vender en fresco a unha media de entre 7 a 15 euros o quilo, sendo o arando o mellor pagado", explica. Unos valores que situarían la hipotética facturación de la parcela de Chandebrito en torno a los 10.000 euros en los siete años necesarios para alcanzar su máxima productividad.
El acuerdo entre las administraciones local y provincial y la asociación forestal establece que la comunidad de montes asume el mantenimiento y explotación de la plantación durante al menos una década, con el asesoramiento técnico por parte de Asefoga durante los primeros tres años y con el compromiso de facilitar las visitas grupos o personas interesadas en conoce el proceso de producción de frutos rojos.
