Sin apenas infraestructuras públicas de recreo más allá de las deportivas en pleno siglo XXI, el gobierno que salga hoy de las urnas en Oia se encontrará con la posibilidad de poner en marcha dos en los próximos años. A la primera piscina municipal prevista en el antiguo camping de Pedra Rubia tras aprobar la Corporación la compra de parte de los terrenos el viernes, se suma otro espacio de disfrute que lleva años sobre la mesa sin que ninguno de los últimos gobiernos lograse avanzar para hacerlo realidad y sin que la gran mayoría de los vecinos conozca su existencia. Se trata de una gran zona verde, el que sería el primer parque público de Oia, de 23.000 metros cuadrados, que incluye un sendero junto al río Lavandeira de más de 350 metros, desde la carretera de A Guarda hasta el mar. Y figura en el plan de rehabilitación del monasterio para convertirlo en hotel de lujo, un proyecto que lleva cuatro años parado en los despachos municipales y que podría vislumbrar una oportunidad en el mandato que se perfile hoy.

La propiedad del cenobio cisterciense del siglo XII, la sociedad Residencial Monasterio de Oia, dispone de un total de 57.000 metros cuadrados en el ámbito de actuación, de los que cedería los citados 23.000 al Ayuntamiento para el disfrute público, según recoge el proyecto del estudio pontevedrés rodríguez+pintos arquitectos. Una propuesta urbanística abierta que la compañía espera tramitar de una vez por todas "para abrila á participación dos veciños coa exposición pública e para que se pronuncien todas as Administracións", recalca su responsable, Xoán Martínez.

La superficie restante estaría destinada al complejo hotelero de 4 estrellas. La propiedad plantea en torno a 70 habitaciones: de 35 a 38 en la primera planta del propio monasterio y otras 35 en un anexo de planta baja y semisótano que cerraría el patio de los naranjos y que, además de los alojamientos, albergaría un centro de talasoterapia, un salón de banquetes, la cocina y zonas de servicios.

Al otro lado del parque estarían las polémicas viviendas. Serían un total de veinte, de bajo y dos alturas y un máximo de 10,5 metros de alto, el mismo que las casas de alrededor, destacan los autores del proyecto, Santiago Pintos y Jaime Rodríguez. Y su destino sería inicialmente el alquiler vacacional, a modo de villas turísticas, confirma el propietario.

Esta es la única opción viable que maneja Xoán Martínez, con una inversión de 29 millones de euros, para la que sería necesario aprobar un plan urbanístico específico, ya que las actuales normas subsidiarias de 1996 solo permiten ocupar el monasterio con 38 habitaciones e impiden cualquier nueva construcción. Recuperar la inversión de 11 millones necesaria en este caso de sería imposible, advierte el propietario con la esperanza de que el Concello permita iniciar el proceso para "que veciños e Administracións podan opinar, aportar e formar parte do proxecto que permitiría rehabilitar íntegramente o mosteiro, dinamizar o seu entorno e crear un espazo público que revolucionaría o centro de Oia".