“A María Magdalena le asignaron el papel de prostituta, de mujer mala, de una forma intencionada, pero no hay ni un viso lejano de que esto pueda ser real”. Así de rotunda se mostró Ángela Vallvey, poeta y novelista, al referirse a este personaje histórico, uno de los que transitan las páginas de su última novela, “El alma de las bestias” (Ediciones B), una historia entretejida entre el medievo y los primeros años de Jesús, en la que también se asoma un asesino en serie, una reina demasiado joven que no acepta su destino, un guerrero que clama justicia, un judío que custodia un misterioso libro y un asesino despiadado.

La invitada del Club FARO explicó que todo el que escribe, incluida ella misma, lo hace para contar lo que le interesa, por eso, aunque aseguró que su novela no pretende sentar cátedra, sí puede contar esa parte de la historia que pudo haber sido y que no se contó. “A veces, la ficción nos da elementos que no nos da la realidad y que son igual o más verdaderos”, sostuvo.

En esa historia escrita al dictado de los intereses del narrador, se encuentra el borrado de la figura femenina, del que tampoco son ajenos los Evangelios. “Aunque el borrado de la mujer existe, a mí me gusta más hablar de reescritura y un personaje que se ha reescrito interesadamente es el de María Magdalena”, comentó la escritora, que añadió que este es un personaje que apenas aparece en el Nuevo Testamento y que es en el siglo IV o V cuando se cimienta la María Magdalena pecadora. “En los últimos dos mil años, la mujer occidental ha tenido siempre dos papeles: madre santa o fulana. A Magdalena le asignan el segundo en contraposición a la madre santa”, insistió. En la novela, Vallvey se pregunta si no serían las inquietudes intelectuales de Magdalena las que hicieron que terminase convertida en una prostituta. “A la mujer que quería aprender siempre se la marginó y se la acusó de casquivana”, expuso.

De la época de juventud del Jesús y la María Magdalena históricos, “El alma de las bestias” da un salto de mil años y se traslada desde Nazaret al monasterio de Sahagún, en pleno Camino de Santiago, donde Alfonso VI, que ha heredado el reino de León y el título imperial de su padre Fernando I, se instala cuando no está en la batalla. Vallvey relata en la novela la obsesión del monarca leonés por tener un hijo varón a quien legar sus reinos y su relación admiración-odio con Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, que le obligó a arrodillarse y pedir perdón.

“Alfonso VI podría ser nuestro Enrique VIII, un rey absolutamente obsesionado por tener un heredero varón, a quien se les mueren todas las esposas”, comentó la conferenciante en la charla-coloquio que mantuvo con Iria Lagarón, periodista de la TVG en la galería A3 del Museo MARCO de Vigo.

La escritora añadió que en esta novela ha intentado que todos los personajes tengan un arraigo histórico real. “Una novela que aspira a ser histórica tiene que tener una raíz en la mentalidad auténtica de la época”, defendió.

En esta aventura histórica a caballo entre los siglos I y XI, dos periodos muy convulsos y llenos de cambios, los libros son una pieza fundamental. “Los libros no siempre han tenido la misma apariencia, pero siempre han tenido ese valor de transmisión de nuestra historia y de nuestro legado,”, comentó.

Y en la historia del libro, la Alta Edad Media es un periodo relevante. “Creemos que en esa época no había literatura, pero había una serie de poetas judíos muy interesantes”, comentó. Y en este grupo de poetas sitúa al personaje central de esta novela coral, Selomo.

Paralelamente a todas estas historias, se desarrolla un thriller, protagonizado por un asesino en serie que mata como un anima en un Camino de Santiago que comienza a desarrollar sus rutas y que es un importante punto de tránsito de personas, mercancías y pensamientos. Aparece, además, un hecho que ha inspirado los cuentos clásicos: la pérdida o abandono de los niños en los bosques. “Este suceso puede resultarnos sorprendente hoy, pero era muy común en esa época”, afirmó la escritora.

Una escritora y periodista con un amplio bagaje literario

Ángela Vallvey Arévalo (San Lorenzo de Calatrava, Ciudad Real, 1964) es una novelista, poeta y periodista, ganadora del Premio Nadal en 2002 por “Los estados carenciales”, finalista del Premio Planeta en 2008 con “Muerte entre poetas” y ganadora del Premio Ciudad de Cartagena de Novela Histórica 2006 por “La ciudad del diablo”, entre otroas importantes premios. Es autora de más de treinta títulos, traducidos a diecisiete idiomas. “A la caza del último hombre salvaje”, “No lo llames amor” y”Todas las muñecas son carnívoras” son algunos de ellos. Colaboradora de numerosos medios de comunicación, en 2010 se convirtió en la primera mujer que ganó el Premio de Periodismo Julio Camba que concede Afundación. En el campo de la poesía, que inició siendo muy joven, ha sido merecedora del premio Barcarola de poesía 2016 con “Epidemia de fuego” (Editorial Nausicaa), donde continúa su itinerario por inquietudes como la recesión económica, la primavera árabe y el amor como redención. Vallvey aseguró que escribir “El alma de las bestias” le ha divertido mucho y que eligió un final abierto para no cerrar la posibilidad de continuarla algún día, aunque también reconoció que es una novela que ha requerido un importante proceso de documentación,