CENTENARIO CELTA

Sumar para multiplicar: Hándicap y FARO, claves

La fusión entre Fortuna y Vigo, de la que nació el Celta el 23 de agosto de 1923, tuvo al periodista como promotor desde las páginas del periódico

La primera fotografía documentada sobre un equipo del Celta, con la camiseta roja de sus inicios. Por la izquierda en la fila de arriba: Clemente, Queralt, Lago, Caride, Reigosa, Polo, Correa e Isidr. Agachados: Balbino, Pasarín y Torres

La primera fotografía documentada sobre un equipo del Celta, con la camiseta roja de sus inicios. Por la izquierda en la fila de arriba: Clemente, Queralt, Lago, Caride, Reigosa, Polo, Correa e Isidr. Agachados: Balbino, Pasarín y Torres / FdV

Natxo Cabaleiro

El 23 de agosto de 1923 fue el día exacto en el que Manuel de Castro “Hándicap” veía cumplido un sueño del que durante estos cien años han disfrutado cientos de miles de celtistas. Un deseo al que había empezado a dar voz ya desde 1915 en las páginas de FARO DE VIGO. Un anhelo que pasaba por unir las fuerzas de los dos equipos que hasta aquel momento se habían repartido absolutamente todos los títulos de campeones gallegos. El objetivo no era otro que conformar un nuevo club todavía más potente que pudiese competir al máximo nivel nacional e internacional. El Celta.

El fútbol había irrumpido con fuerza en Vigo apenas unos años antes, a finales del siglo XIX, a través de los trabajadores británicos del Cable. No tardó en aparecer el primer equipo, el Exiles, y muy pronto también, en 1905, surgieron el Fortuna y el Vigo, que tras fusionarse con el New Club (1906) y el Sporting Club (1911) acabaría dando lugar al Real Vigo Sporting (1914).

Sumar para multiplicarHándicap y FARO, claves

FdV / Manuel de Castro "Hándicap", el padre de la idea de crear el Celta gracias a la difusión del Vigo y el Fortuna

Entre Fortuna y Vigo se repartieron todos los títulos de campeones gallegos desde su creación hasta 1923. El potencial era evidente. Y “Hándicap” lo tuvo claro desde el primer instante. La unión hace la fuerza. Así, empezó a reclamar desde las páginas de FARO esa unión de voluntades. Pero no fue hasta marzo de 1923 cuando el proyecto empezó a tomar forma.

Después de múltiples reuniones y con Juan Baliño y Pepe Bar como sus dos grandes aliados en un proceso no exento de detractores, el 15 de junio de ese mismo año se daba otro paso decisivo. La Federación Gallega de Fútbol acordaba en su asamblea por unanimidad nombrar a Manuel de Castro como el representante de Galicia en la reunión del máximo organismo del fútbol español. Su misión era clara. Presentar de forma oficial la solicitud de fusión entre el Real Vigo Sporting y el Real Fortuna.

La propuesta no podría haber tenido mejor portavoz y, evidentemente, el 22 de junio fue aprobada por unanimidad en la asamblea de la Federación Española en Madrid. La fecha límite para concretar la deseada unión de clubes se estableció en el 31 de agosto.

El proceso continuó su camino. Se sucedieron reuniones y asambleas para concretar y pulir temas tan importantes como la nueva vestimenta. La idea era portar los colores de la bandera gallega pero en los primeros pasos del nuevo equipo se impuso la necesidad jugando con equipajes heredados de sus antecesores y luciendo camiseta roja y pantalón blanco o negro.

Más importante aún fue la elección del nombre de la nueva entidad. Club Galicia, Atlético FC y Club Olímpico fueron algunas de las propuestas. Breogán y Celta, las que más gustaron. El nombre ganador lo conocemos desde hace ya 100 años. Desde que aquel 23 de agosto de 1923 a las 22.00 horas y en la sede de la Federación Gremial de Patrones se materializó finalmente la fusión con la firma de los diferentes documentos y los estatutos. El día en el que el sueño de “Hándicap” se convirtió en una realidad. El día en el que cientos de miles de celtistas empezaron a soñar.

UN AÑO INTENSO

La presentación en sociedad del recién creado Celta, que heredó de sus predecesores el título de Real, tuvo lugar el 16 de septiembre de 1923 con un partido entre su amplísima nómina de jugadores, ni más ni menos que 64, producto de unir también las plantillas de futbolistas del Vigo y el Fortuna. De hecho, la gran cantidad de jugadores disponibles provocó que se decidiera formar dos grupos, denominados Equipo A, con los futbolistas más destacados de los dos años anteriores, y Equipo B.

La primera cita seria llegaría apenas siete días después, con el Boavista portugués como primer adversario. Isidro, Otero, Pasarín, Queralt, Balbino, Jacobo Torres, Reigosa, Gerardito, Chicha, Polo y Pinilla fueron los elegidos para pasar a la historia como el primer once inicial del Real Club Celta. Y los encargados también de sumar con rotunda claridad (8-2) la primera de muchas victorias.

El debut en un campeonato oficial se produjo en la temporada 1923-1924. Por aquel entonces no existía todavía una liga nacional y únicamente se disputaban competiciones regionales. Así, el primer encuentro oficial del Celta tuvo como escenario el Campo de Barreiro y al Unión Sporting como rival, saldándose el choque con otro triunfo (5-0) de un Celta que meses después cerraba su primera campaña estrenando su palmarés al conquistar el Campeonato de Galicia.

Entre tanto, aprovechando las fechas libres en el calendario autonómico, el conjunto vigués viajó a Barcelona, Madrid y Valencia para disputar partidos amistosos. En Les Corts y ante el Barcelona llegaron la primera (3-0) y la segunda (5-3) derrotas. Lo mismo sucedió en Madrid mientras que en Valencia el Celta ganó el primer compromiso (1-2) y perdió el segundo (1-0).

El broche de oro a la primera temporada de vida del recién creado club lo puso la disputa de la primera eliminatoria de la Copa de España con el Athletic de Bilbao, el vigente campeón, como rival. El 1-1 logrado en el campo de Coia alimentó la esperanza pero no fue suficiente puesto que en la vuelta el conjunto vasco se impuso con claridad (6-1).