Un sufrido paso de siete leguas

El Celta se allana el camino de la salvación tras superar, con no pocas dificultades, a un Villarreal que jugó con diez 80 minutos

Soto Grado muestra la tarjeta roja Santi Comesaña tras su entrada a Williot.

Soto Grado muestra la tarjeta roja Santi Comesaña tras su entrada a Williot. / MARTA G. BREA

Sufrido paso de siete leguas hacia la salvación del Celta. Con notables dificultades y no poco suspense acabó aprovechando el grupo de Claudio Giráldez las enormes facilidades que le concedió el Villarreal. El conjunto de Marcelino jugó 80 minutos en inferioridad numérica por autoexpulsión del nigranés Santi Comesaña y regaló un penalti, pero con diez sobre el campo interpretó mejor lo que requería el partido y, por momentos, superó a un Celta pasado de revoluciones al que costó tomar el pulso al partido.

De nuevo necesitó el Celta demasiadas ocasiones para hacer gol. Faltó temple para convertir las numerosas ocasiones (de nuevo los postes jugaron en contra), pero sobre control sobre la pelota para contener a un adversario que nunca dejó de creer y que tuvo el empate e las botas de Sorloth a pocos minutos del final.

La eficacia de Douvikas, que confirmó su condición de revulsivo anotando el gol del triunfo nada más ingresar en el campo; la inteligencia de Aspas, que cerró la tarde con gol y asistencia, y el impagable trabajo de Jailson, brillante como central izquierdo y todo un seguro en el marcaje del gigante noruego, fueron determinantes en un triunfo que estuvo en el aire hasta que el delantero griego cerró la cuenta celeste a ocho minutos de cumplirse el tiempo reglamentado.

Cinco novedades en el once

El estreno de Damián Rodríguez como titular fue la gran novedad del once de Giráldez, que introdujo cinco cambios con respecto al que sufrió debacle en Mendizorroza. Iniciaron, además del pontareano, Manquillo, que actuó como central diestro; Starfelt, en el eje de la zaga; Williot, en el perfil izquierdo del frente ofensivo; y Larsen, de vuelta tras cumplir sanción frente al Alavés. A estos cinco cambios sumó Giráldez tres cambios de posición con respecto al último partido: Mingueza pasó al carril derecho, Hugo Álvarez retrocedió al izquierdo y Jailson retrasó su posición del medio campo a la defensa. Especialmente interesante fue el trabajo de Damián, que mostró una inteligencia impropia de su inexperiencia en la posición de pivote, tanto en la destrucción del juego rival, como a la hora de mover con criterio la pelota, con perfecta asistencia, tras un templado centro a Larsen, del primer gol celeste.

Doble tiro en el pie

Pese a que el Villarreal se adelantó pronto con un golazo de Alex Moreno su primer disparo contra el portal de Guaita, el equipo de Marcelino se pegó un tiro en el pie cuando Santi Comesaña derribó alevosamente a Williot cuando salía de con la pelota controlada del área céltica. Una dura entrada por encimar del tobillo en una zona del campo completamente intrascendente que el árbitro sancionó inicialmente con tarjeta amarilla y enseguida rectificó a roja tras ser llamado a capítulo por el VAR.Todavía confuso por las implicaciones tan inoportuna acción, Baena cometió un cándido penalti derribando a Iago Aspas cerca del pico del área grande cuando el moañés reculaba con la pelota de espaldas a la portería.

El goleador moañés aprovechó el regalo anotando un empate que impulsó al Celta. Larsen, a la tercera, tras toparse con la parte exterior del palo y Jorgensen, puso a los celestes por delante picando de cabeza en boca de gol un preciso servicio de Damián a pocos minutos del descanso.

Cambios preventivos

Tras el intermedio, Giráldez introdujo un doble cambio preventivo para evitar que una expulsión restableciese la igualdad numérica. Retiró a Damián y a Manquillo, que habían visto tarjeta, e hizo ingresar en el campo a Luca y a Ristic. El estadounidense ocupó el lugar del pontareano y Ristic el carril izquierdo, lo que obligó a adelantar a a la posición Hugo y cambiar a Williot al carril derecho.

El cambio sentó inicialmente bien a los célticos: Larsen y Luca estrellaron sendos remates en la madera y Jorgensen evitó que Hugo anotase el tercero. Pero el Villarreal también reaccionó muy bien a los cambios de Marcelino, que refrescó la defensa y el medio campo y mantuvo intacto el ataque. Entonces apareció Sorloth.

Mucho Sorloth

Aun sin marcar, el gigante noruego del Villarreal demostró en Balaídos por qué es uno de los mejores delanteros de LaLiga. Giráldez le puso encima dos hombres sin lograr sujetarle por su imponente, pese a su tamaño, calidad, técnica, inteligencia para sacar partido a su envergadura y capacidad para conducir el balón. Así llegó el empate, con una acción del noruego dejando atrás célticos antes de servir a Guedes la pelota para que el portugués empatase el partido con otro gol de bandera.

Un revulsivo implacable

Si el doble cambio (y el posterior de Cervi por Williot) tuvo por objeto evitar un posible roja, el último doble cambio de Giráldez (Douvikas por Beltrán y Carles por Hugo) impulsó definitivamente al Celta hacia la victoria, confirmando la impresionante eficacia que el artillero griego tiene en el remate, que, por lo general, sacar a relucir actuando como revulsivo.

A los dos minutos de entrar en el campo, en el primer balón que le llegó, el ateniense voló para rematar en plancha un centro al cogollo de Aspas que Jorgensen fue incapaz de detener. Douvikas apenas suma un gol como titular, pero contabiliza ya cinco entrando desde el banquillo.

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