Capitán por sorpresa

- Carlos Domínguez se hizo cargo del brazalete frente a Las Palmas pese a contar con ficha del filial - Su protagonismo ha crecido exponencialmente con Claudio Giráldez

Carlos Domínguez disputa un balón a Sory Kaba durante el reciente duelo ante Las Palmas. |  // SAS

Carlos Domínguez disputa un balón a Sory Kaba durante el reciente duelo ante Las Palmas. | // SAS / j.b.

El duelo frente a Las Palmas, además de devolver la alegría al celtismo en una campaña huérfana de triunfos en Balaídos, deparó una curiosa anécdota con Carlos Domínguez como protagonista. Al defensa canterano, pese a no contar aún con ficha del primer equipo, le tocó ejercer como capitán del Celta cuando Iago Aspas fue sustituido por Javier Manquillo y el moañés le entregó el brazalete por ser el más veterano de los que aún estaban en el campo. Una anécdota llamativa, pero que denota también la importancia que el joven canterano ha adquirido esta temporada en el primer equipo, especialmente tras la llegada al banquillo de Claudio Giráldez.

La sorpresa saltó en el minuto 78, ya con el Celta claramente por delante en el marcador. Giráldez ordenó un doble cambio. Salieron del campo Aspas y Williot e ingresaron Javier Manquillo y Bamba. Al abandonar el terreno de juego, el goleador moañés le cedió el brazalete a Carlos. Faltaba Tapia, por lesión, y Kevin y Starfelt estaban en el banquillo, con lo que ninguno de los otros capitanes estaba sobre el verde. Y el más antiguo como celeste de los que estaban en el campo era Carlos, un chico de 23 años del filial que apenas suma 33 partidos con el conjunto celeste en Primera División.

Desde su debut en la máxima categoría hace tres temporadas en La Cerámica de la mano de Eduardo Coudet, Carlos ha ido ganando paulatinamente protagonismo en la vida competitiva del primer equipo celeste. En aquella primera temporada, debido a la lesiones de Murillo y Tapia, el zaguero vigués disputó a gran nivel los cuatro últimos partidos de Liga completos, de los que el Celta ganó tres.

Su buen desempeño no le sirvió para aumentar su participación en el siguiente curso, en el que sus apariciones con el primer equipo fueron contadas: 340 minutos en 8 partidos, tres de ellos como titular. En el siguiente incluso decrecieron: 106 minutos en 3 encuentros, uno solo de titular, en la última jornada con la vida en juego frente al Barcelona, en el que marcó muy eficazmente a Lewandowski, el pichichi de aquella Liga.

Esta temporada, ya con Rafa Benítez al frente, el central vigués ha tenido algo mucha más participación, con creciente protagonismo desde la visita del Granada a Balaídos en la decimoséptima jornada. Este protagonismo ha crecido de forma notable con Claudio Giráldez, que le ha dado galones en los cuatro partidos que ha dirigido como una pieza clave en la peculiar defensa de tres centrales que distingue el modelo del juego del preparador louriñés. Por su condición de zurdo, Carlos es fijo en el perfil izquierdo de la línea, salvo en el último partido contra Las Palmas, en el que actuó por el centro, permutando su posición con Unai.

A menudo se ha considerado al central vigués como talismán por las pocas veces que el Celta perdía cuando él estaba en el campo. En este sentido, la cuenta Afouteza e Corazón ofrecía ayer un interesante dato: Carlos es el tercer el futbolista celeste con mejor porcentaje de victorias de la historia del club con un 51, 51%, por detrás de David Silva (58,82%) y Miguel Muñoz (55,55) y por delante de Hermidita (51,25%).