Un inesperado reto para Benítez

El técnico madrileño, firma el peor primer tercio de competición del Celta en 80 años y se enfrenta a la realidad de una angustiosa lucha por la permanencia como único objetivo viable

Vicente Guaita intenta detener el penalti que Sancet le lanzó en San Mamés.

Vicente Guaita intenta detener el penalti que Sancet le lanzó en San Mamés. / Luis Tejido

El Celta ha cerrado el primer tercio de la temporada con un raquítico botín de 7 puntos, su peor resultado en 80 años. Los registros negativos se le acumulan a Rafa Benítez, técnico de prestigio mundial contratado con el propósito de acabar de una vez por todas con las severas dificultades que el equipo celeste ha tenido en estos últimos años para mantener la categoría. El preparador madrileño está, por ahora, muy lejos de conseguirlo.

Disputadas 13 jornadas de Liga, el problema no solo persiste, sino que se ha acentuado. Un ejercicio más, esta vez en el año de su centenario, el Celta compite a duras penas por no ser uno de los tres peores equipos de LaLiga. Los errores arbitrales y del VAR y la mala fortuna en algunos partidos que han impedido al Celta sumar puntos que por juego había merecido no explican la formidable crisis de resultados que mantiene y lo encadenado desde hace cinco jornadas a la antepenúltima posición. Con o sin Benítez, la lucha por la permanencia se adivina como único objetivo viable en otra temporada con el alma en vilo.

Benítez, en quien la nueva presidenta, Marian Mouriño, ha depositado una confianza ciega, se enfrenta a un reto mayúsculo. Para garantizarse los 40 puntos que de promedio otorgan la permanencia, el Celta necesitaría ganar 11 de los 25 encuentros que restan por disputarse: 33 puntos de 75 posibles, tras lograr apenas 7 de los primeros 39 que se han puesto en juego. La cruda realidad es que el Celta tan solo ha derrotado esta temporada al Almería, colista y único equipo del torneo que no ha sido capaz de ganar a nadie. El cuadro celeste encadena cinco jornadas en descenso, presenta los peores números de su historia en Balaídos, donde sigue huérfano de victorias, y no ha conseguido una sola portería a cero en 13 partidos.

Para encontrar un arranque similar (una victoria y cuatro empates), hay que remontarse a la temporada 1943-44, cuando el equipo que dirigía Baltasar Albéniz consumó el primer descenso a Segunda División de la historia del club, tras firmar una victoria, tres empates y nueve derrotas, es decir, solo un punto menos que el actual Celta en los 13 partidos iniciales del campeonato.

Con bastante mejores números de los que presenta Benítez fueron despedidos en estos últimos años buena parte de los entrenadores que le precedieron en el cargo. Eduardo Coudet fue destituido el pasado curso en la jornada 12 con 11 puntos, Óscar García sumó 7 en las 9 jornadas que duró en su segunda temporada en el equipo y Fran Escribá fue cesado en la duodécima jornada tras sumar 9 puntos

Tampoco Antonio Mohamed, en el curso anterior, sobrevivió a un mes de noviembre maldito para casi todos los entrenadores que han pasado por el banquillo de Balaídos en el último lustro. El técnico argentino hizo las maletas en la jornada 12 después de haber sumado 14 puntos, el doble de los que contabiliza ahora Benítez.

La derrota encajada en el último instante en San Mamés eleva a 9 el número de partidos que el Celta encadena sin relación con la victoria. Su triunfo frente al Almería se produjo a comienzos del pasado mes de septiembre. Es la cuarta peor racha sin ganar en cien años de historia, superada apenas por los 12 que el equipo vigués enlazó en las temporadas 1985-86 y 1989-90 y los 11 conectados en los ejercicios 1958-59 y 2006-07. En estas cuatro temporadas, el Celta acabó descendiendo a Segunda División.

Pero también existen precedentes favorables de rachas sin ganar peores de la que atraviesa actualmente el Celta. En el curso 2000-01, con Víctor Fernández al mando, los celestes encadenaron diez partidos sin ganar al final de la primera vuelta y acabaron clasificándose para Copa de la UEFA y final de la Copa del Rey tras protagonizar la mejor segunda vuelta de la historia del club. Más recientemente, en la primera temporada de Eduardo Berizzo, los celestes permanecieron también diez jornadas sin ganar y rozaron la clasificación continental con una meritoria octava plaza.

A diferencia del actual Celta, ni el dirigido por Víctor Fernández en el cambio de siglo ni el liderado por Eduardo Berizzo hace nueve temporadas ocuparon una sola jornada puestos de descenso. Benítez contabiliza 8 en 13.

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Uno de los problemas que han impedido el despegue del Celta en la clasificación ha sido la incapacidad del conjunto que dirige Rafa Benítez para mantener imbatida su portería. Ni un solo partido ha dejado de recibir goles el cuadro celeste después de 13 partidos, un registro negativo que no se produce desde la temporada 1951-52, hace 72 años. Esta circunstancia solo se ha producido en tres ocasiones a lo largo de los cien años de historia del club. La primera fue en la temporada 1948-49, la segunda hace más de siete décadas y la tercera en el presente curso. En las dos anteriores, sin embargo, el Celta sumaba el equivalente a 13 y 15 puntos, es decir, cuatro victorias y un empate y cuatro triunfos y tres empates, respectivamente. La pasada temporada, sin ir más lejos, el Celta había dejado a estas alturas de competición en tres ocasiones su portería a cero gracias a sus triunfos ante el Girona (0-1), el Cádiz (3-0) y el Betis (1-0). El número de partidos sin encajar gol a lo largo del curso se prolongó hasta nueve con Carlos Carvalhal.

Inédito en Balaídos

Otro factor determinante en la mala dinámica celeste ha sido el pobre rendimiento del Celta en Balaídos, de donde han volado 18 de los 21 puntos que se han puesto en juego. El equipo vigués presenta los peores números como local de su historia en los 13 partidos iniciales, igualando el registro negativo establecido por Luis Enrique en el curso 2013-14. El Celta encadenó de partida con el técnico asturiano siete encuentros consecutivos sin ganar en casa con solo tres empates, pero firmaba a estas alturas de competición 5 puntos más de los que contabiliza el madrileño.

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