Los más blandos del “otro fútbol”

El Celta es el equipo de LaLiga con menos tarjetas: 14 frente a las 44 del Getafe

Larsen es el céltico más sancionado por los árbitros, con 19 faltas

Los de Benítez cometen 12 infracciones de media por partido

Una jugada del Celta-Getafe en Balaídos

Una jugada del Celta-Getafe en Balaídos / Ricardo Grobas

La igualdad de resultados es una constante en cada jornada de la Liga española. En la última, la mitad de los partidos finalizaron en empate y tres de las victorias se produjeron por una diferencia mínima en el marcador. En ese equilibrio de fuerzas, la experiencia es un elemento importante para decantar la balanza hacia uno u otro lado. Lo que algunos especialistas califican como el “otro fútbol” adquiere mayor importancia para no sufrir más de la cuenta en la clasificación.

Ante tanta igualdad, los encuentros suelen decidirse en los minutos finales. Y es en esos momentos decisivos de los compromisos donde el Celta se muestra más vulnerable que sus rivales. La falta de oficio, de experiencia, impide al conjunto vigués defender ventajas que dilapida en el ocaso de los partidos. Los números en cuanto a infracciones demuestran la candidez de los de Benítez, enfocados más en el juego que en las triquiñuelas del fútbol, de las que equipos como el Getafe se muestran como reputados expertos.

Después de disputarse nueve jornadas del campeonato, el Celta es líder en juego limpio: es el que menos tarjetas ha visto (14) y con 108 faltas es el séptimo que menos infracciones comete en el juego. Esos datos positivos se vuelven en contra cuando un equipo permite que se le escapen victorias con reiteración por no aplicarse sus jugadores en el “otro fútbol”.

De hecho, el que más faltas ha cometido del Celta en este arranque de campeonato es Jorgen Strand Larsen. Al joven delantero noruego le han señalado 19 infracciones (2,1 por partido). La mayoría de las mismas por intentar quitarse de encima a los centrales que intentan frenar sus arrancadas o sacarle el balón mientras lo controla de espaldas a la portería. Estas acciones sancionadas no son peligrosas por que Larsen solo ha visto una tarjeta amarilla (ante el Alavés), y fue por protestar una decisión arbitral después de las reiteradas faltas que había sufrido.

Aspas, con más cartulinas

El céltico más sancionado con tarjetas hasta el momento es Iago Aspas, otro de los jugadores que más golpes recibe de los defensores rivales y al que le penalizan sus quejas a los colegiados. Unai Núñez y Fran Beltrán acumulan dos amarillas cada uno. El resto se las reparten entre Manu Sánchez, Larsen, Starfelt, Tapia, Carles Pérez y De la Torre. Éste vio una roja ante el Alavés por dos faltas que el árbitro consideró que eran tarjeta amarilla.

En la relación de equipos menos sancionados con cartulinas, después del Celta aparecen el Valencia (16), el Real Madrid (17), el Atlético de Madrid y el Almería (ambos con 18). El Barcelona (20) y el Betis (21) ocupan la sexta y la séptima posición. La última la tiene adjudicada el Getafe, con 44 tarjetas, trece más que el Mallorca, que se sitúa penúltimo. A diferencia de los célticos, azulones y bermellones se muestran como conjuntos experimentados en el manejo de los tiempos del partido, dispuestos a cortar sin miramientos jugadas de peligro o aprovechar la pasividad de ciertos colegiados con las pérdidas de tiempo.

clasificacion fairplay W

clasificacion fairplay W / Hugo Barreiro

De ello se quejaba el pasado domingo Rafa Benítez tras finalizar el partido contra el Getafe. El entrenador del Celta recordaba que se habían jugado solamente 50 de los 105 minutos que duró el partido, tras lo añadido por el árbitro por las constantes pérdidas de tiempo del equipo que dirige José Bordalás.

El conjunto getafense lidera todos los apartados del fútbol más rudo. Además de acumular más tarjetas que nadie (las 44 ya citadas), los de Bordalás aparecen como el equipo que más faltas comete (166), mientras que Juanmi Latasa es el jugador con más infracciones (26).

El barcelonista Gavi es el segundo más castigado por los colegiados, con 25 infracciones, y a continuación aparece el mallorquinista Dani Rodríguez, con 23. El céltico Larsen es duodécimo, con 19. En este apartado llama la atención que los defensas del Celta aparezcan en posiciones muy bajas. El que más faltas ha cometido es Unai Núñez, con nueve (una por partido), mientras que a Starfelt le asignan 6; a Aidoo, cuatro; a Mingueza, dos; y a Carlos Domínguez, una. Renato Tapia, un centrocampista de pie duro, también contabiliza una, igual que Iván Villar. Al portero de Aldán le pitaron un penalti por derribar al madridista Rodrigo después de adelantarse para despejar el balón que conducía el brasileño. A pesar de las dudas en esa jugada, el colegiado señaló la pena máxima sin acudir a una revisión del VAR.

90 faltas por partido

Según los datos oficiales de LaLiga, el Celta ha cometido 108 faltas, aunque ese número no corresponde con la suma de la cifra que asigna la organizadora de la competición regular a cada jugador céltico. Sumadas individualmente, las faltas de los celestes arrojan un total de 90, lo que supondría realizar una media de infracciones de 10 por partido frente a las 12 que se le asigna al computar la cifra global (108).

En ambos casos, el Getafe sale muy mal parado. Además de acumular más tarjetas que nadie, los de Bordalás figuran con el mayor número de infracciones, con 166, frente a las 88 que le asignan a la UD Las Palmas y al Atlético de Madrid. Barcelona (94), Real Madrid (96), Osasuna (97) y Sevilla (105) se sitúan por delante del Celta, que aparece como el séptimo con menos infracciones del campeonato.

En el “otro fútbol”, el Celta no obtiene resultados satisfactorios que lleven al optimismo cuando los partidos se resuelven en los últimos minutos o en duelos muy igualados. Benítez no ha encontrado la fórmula para que el equipo vigués sume victorias para salir del fondo de la clasificación, donde el fútbol penaliza tanto la falta de gol o la vulnerabilidad en tu propia área como la bisoñez para afrontar los minutos finales, que son decisiones cuando el juego está muy equilibrado y los partidos se deciden por pequeños detalles.

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