El Celta se desangra en Balaídos

Los celestes firman uno de los peores arranques de su historia en casa

Iago Aspas se lamenta de una ocasión fallida durante el partido del pasado sábado contra el Mallorca.   | // MARTA G. BREA

Iago Aspas se lamenta de una ocasión fallida durante el partido del pasado sábado contra el Mallorca. | // MARTA G. BREA / MARTA G. BREA

El Celta se desangra en Balaídos. Los partidos como local se le están atragantando al equipo de Benítez, que ha firmado en las cinco primeras jornadas de Liga uno de los peores arranques de su historia en casa. Los celestes cuentan por derrotas los tres encuentros disputados en su feudo, con el agravante de que el rival no ha tenido que sacar ni una sola vez de centro. El Celta no solo no ha marcado goles en sus tres comparecencias en Balaídos, sino que ha encajado al menos un gol cada vez que ha jugado esta temporada ante su público. Osasuna le hizo dos, el Real Madrid se llevó los tres puntos gracias a un único gol de Bellingham y el Mallorca dejó el pasado sábado a los celestes con un palmo de narices cuando Muriqi decidió el choque en el minuto 85, sin tiempo casi de reacción, en uno de sus tres lanzamientos entre los tres palos contra la portería de Iván Villar.

Nunca en la historia había perdido los tres primeros compromisos ligueros en casa sin marcar en su primer siglo de vida. El último precedente de tres derrotas consecutivas en casa en el arranque data de la temporada 2020-21, con Eduardo Coudet al frente del banquillo. Los celestes iniciaron el curso perdiendo contra el Atlético de Madrid (1-2), cayeron luego contra el Athletic Club sin disparar una sola vez a puerta (0-1) y vieron en la siguiente jornada cómo el Cádiz se les subía a las barbas en Balaídos (1-2).

Para encontrar un precedente de tres derrotas como local sin anotar gol hay que remontarse a la temporada 2016-17, la última en que Eduardo Berizzo dirigió al Celta. Entre las jornadas 30 y 34, el conjunto celeste acumuló también 270 minutos sin anotar: perdió 0-2 contra al Eibar, cayó posteriormente ante el Betis (0-1) y mordió el polvo luego el frente al Athletic Club (0-3). La secuencia negativa se completó con una cuarta derrota en casa goleado por el Real Madrid (1-4), si bien en este último partido los celestes consiguieron finalmente marcar, por medio de John Guidetti, tras 338 minutos en blanco.

No es la primera vez desde el último ascenso a Primera División que el Celta firma una larga racha sin ganar en Balaídos. En el curso 13-14, con Luis Enrique Martínez al frente, los celestes tuvieron que esperar nada menos que 15 jornadas (7 partidos) para conseguir su primera victoria como locales. La secuencia negativa se inició con tres empates (Espanyol, 2-2; Granada, 1-1; y Villarreal, 0-0), a la que siguieron cuatro derrotas sin un solo gol a favor: Elche (0-1), Levante (0-1); Barcelona, 0-3; y Rayo Vallecano 0-2). El maleficio se rompió en el octavo partido con la victoria firmada contra el Almería por 3-1. Cinco encuentros consecutivos acumuló entonces el Celta sin ganar marcar en casa. Desde que Rafinha le marcó al Granada en la tercera jornada hasta que Orellana acabó con la mala racha en la decimoquinta, transcurrieron 511 minutos sin que Balaídos viese al rival sacar de centro.

Esta racha de cuatro partidos consecutivos sin lograr la victoria en casa fue la segunda peor de la historia del club, superada tan solo por la vivida con Fernando Vázquez en la campaña 2006-07, que acabó con el Celta en Segunda División. El Celta concatenó entonces, entre las jornadas 8 y 28, once partidos (5 derrotas y 6 empates) sin sumar los tres puntos en Balaídos.

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