El “caso Marchesín” vivirá hoy su definitivo episodio. Celta, Oporto y el jugador se han emplazado a primera hora del lunes para acabar con el papeleo y firmar la llegada del portero argentino a Vigo para convertirse en uno de los refuerzos del Celta de cara a la próxima temporada.
Las decisiones ya están tomadas en este sentido. Agustín Marchesín jugó el sábado por la noche con el Oporto la Supercopa que los “dragoes” conquistaron ante el Tondela y en las últimas horas la prensa portuguesa difundía el supuesto intento de Sergio Conceiçao, entrenador del Oporto, de parar la operación porque no tenía tan clara la salida del guardameta argentino. Ninguna de estas cuestiones tendrá peso en una decisión que ya está tomada. El Celta y el club portugués se pusieron de acuerdo hace un par de días y no se ha hecho oficial porque los protagonistas decidieron tomarse el domingo como día libre y aparcaron para el lunes la resolución del asunto.
Marchesín, que acababa contrato con el Oporto en junio de 2023, llegará al Celta en calidad de cedido y dentro de un año será libre para negociar su continuidad con el equipo vigués o bien buscarse un nuevo destino. El Celta ahora mismo no es partidario de ofrecer un contrato largo a un portero de 34 años por una cuestión biológica y al mismo tiempo porque están muy atentos a la evolución que durante esta temporada tenga Rubén Blanco en el Olympique de Marsella, donde se ha marchado para jugar cedido. De hecho, el de Mos está teniendo un inesperado protagonismo. Pau López, el portero por el que los franceses han pagado doce millones a la Roma este verano, se ha lesionado y el gallego está jugando más tiempo de lo que cabría esperar en un meta recién llegado. Y la crítica y los aficionados marselleses están encantados con su rendimiento en los primeros partidos. Por esta razón al Celta no le conviene comprometerse a largo plazo con un portero. Busca una solución puntual y de lo que había en el mercado han terminado por decantarse por Agustín Marchesín –muy del gusto de Eduardo Coudet– y rechazar finalmente otras opciones que salían algo más caras como la del barcelonista Neto, quien a estas horas sigue sin encontrar una válvula de escape del equipo catalán.
Con Marchesín el Celta tendrá que centrarse en las operaciones que tengan que ver con su ataque. Carles Pérez es una cuestión de tiempo –el acuerdo con el futbolista está hecho y solo falta que la Roma dé su brazo a torcer– y donde puede haber más problemas es con los acompañantes de Iago Aspas porque el asunto Mayoral parece cada día que pasa más imposible. El futbolista insiste ahora en su decisión de seguir en Madrid alegando cuestiones personales y ahora tiene que decidir si se queda a las órdenes de Ancelotti o se marcha al Getafe. El Celta aún le insiste en que recapacite, pero cada día son más pesimistas.
