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El Celta dilapida en casa lo que logra fuera

El equipo vigués suma su sexta derrota como local en nueve partidos en otro partido malogrado por errores groseros

Fran Beltrán avanza con la pelota mientras es sujetado por Gayá durante el partido disputado anoche en Balaídos entre el Celta y el Valencia. Marta G. Brea

El Celta se ha malacostumbrado esta temporada a dilapidar sistemáticamente en Balaídos los réditos que consigue a domicilio. Anoche, frente a uno de las versiones más ramplonas del Valencia que se recuerdan en mucho tiempo, el grupo de Coudet hizo asomar de nuevo las tendencias suicidas que le acompañan cada vez que juega antes su gente y entregó en bandeja al rocoso conjunto de Bordalás su sexta derrota en nueve partidos como local.

De nada valió esta vez al cuadro vigués madrugar para adelantarse en el marcador porque antes de darse cuenta ya había regalado dos goles al contrario con errores catastróficos difícilmente explicables en el fútbol de alta competición. Muy poquito, casi nada, tuvo que hacer el Valencia para llevarse un triunfo que desnuda las miserias de un Celta incapaz de mantener el pulso en casa. La falta de tensión defensiva y las dificultades para destrabar un partido que el rival llevó a su terreno lo condenaron.

Gol y lesión de Aspas

Iago Aspas vivió la doble cara del fútbol en una misma jugada. El moañés abrió el marcador y se lesionó en la misma acción, a los diez minutos de que el balón echase a rodar. Recibió la pelota en el área de Brais, quebró la cintura a Guillamón y batió con inteligencia a Cillessen con un inapelable disparo de puntera. Todo en un instante antes de echarse la mano al muslo al aductor para detectar una lesión muscular. que le obligó a abandonar el campo. Con esa astucia que le caracteriza, Aspas se sacó la camiseta para celebrar el tanto y cumplir sanción –era la quinta amarilla del curso– la próxima jornada contra el Mallorca aprovechando que estará lesionado. El crack celeste no da puntada sin hilo.

La salida del campo del morracense obligó a Coudet a recomponer su escuadra: Tapia ingresó en el terreno de juego, Beltrán se desplazó hacia la banda derecha y Brais adelantó su posición para formar pareja en punta con Santi Mina. Un cambio para proteger una ventaja que se difuminó mucho antes de lo que cabría sospechar por esta querencia que tiene a veces este Celta a dispararse un tiro en el pie cuando las circunstancias le son favorables.

Dituro, otro error fatal

El Celta tuvo demasiado pronto que desandar al camino recorrido por un incomprensible error (el segundo consecutivo en casa) del muy fiable Matías Dituro, que obsequió al Valencia con el empate dando una asistencia a Hugo Duro que el joven delantero del Valencia no desaprovechó. Tapia (aunque el error fatal fue del portero) pudo seguramente haber hecho algo más para despejar el balón..

El regalo permitió al ordenado conjunto de Bordalás meterse en un partido en el que el Celta había entrado con energía y que el conjunto vigués, pese a su generosidad con el adversario, quiso enmendar combinando. Galán y Cervi lucieron durante bastante minutos el estandarte del juego asociativo, aunque sin demasiada claridad frente al marco de Cillessen.

Fallo en cadena

El afán de complicarse la vida con errores groseros tuvo otro de esos ejemplo digno de figurar en cualquier antología del despropósito con el segundo gol valencianista, un error en cadena en la salida de pelota que dejó al descubierto las vergüenzas de casi toda la zaga celeste. Kevin, titular por la lumbalgia que dejó a última hora a Mallo fuera de la partida, no acertó a controlar un pase del portero. Gayá robó la pelota y la sirvió rasa a la media luna sin que Aidoo acertase a despejar. El balón lo recogió Maxi Gómez, que le hizo un siete a Araújo y batió a Dituro con un tiro inabordable para el meta céltico.

El equipo vigués intentó refugiarse en el juego combinativo para buscar la remontada, pero fue el adversario el que manejó los tiempos y el control del juego.

Maxi versus Mina

El uruguayo fue el vencedor del duelo individual entre los delanteros intercambiados por el Celta y el Valencia hace un par de años. Maxi no anotaba desde el mes de septiembre, en la cuarta jornada a Osasuna y vive uno de sus momentos más críticos desde su llegada a Mestalla, pero acabó decidiendo el choque en una de sus mejores actuaciones este curso. No lo celebró.

Mina no dejó de intentarlo con el partido cada vez más cuesta arriba y hasta cortejó el empate en el segundo tiempo con un imponente cabezazo abajo que Cillessen despejó con una mano prodigiosa. El gol esquivó al vigués que, sin embargo, volvió a ser anoche de lo mejorcito del Celta.

Un último arreón estéril

Coudet trató de quemar las naves en busca del empate, pero sin Aspas ni Galhardo disponibles, sus opciones para agitar el partido se limitaban a Nolito y Solari, que entraron por Cervi y Beltrán,pero no lograron mejorar las prestaciones ofensivas de un Celta que se moría a la orilla del área rival. La entrada de Murillo por un tocado Araújo fue la confirmación de que solo si el Valencia se pegaba un tiro en la sien podría el equipo vigués sacar algo positivo. Pero los de Boradalás se limitaron a contener daños y todo les fue rodado.

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