A la primera. Sin tener que esperar a una agónica última jornada. Con un Manu Justo espectacular como brazo ejecutor y un rendimiento sensacional de todos y cada uno de sus jugadores. Así certificó el Celta B una increíble temporada y selló por la vía rápida su billete a Extremadura para disputar el play off de ascenso a Segunda. El sueño está ya a sólo dos partidos de distancias y este filial céltico nos está acostumbrando a convertir los sueños en realidad.

El partido ante la Cultural Leonesa era una final. Sobre todo para los visitantes, un equipo pensado y diseñado para ascender pero que tenía que ganar en Vigo para no despedirse de sus opciones. El conjunto de Onésimo, mientras, era consciente de que tenía aún otra bala en la recámara y que, independientemente del resultado, llegaría a la última jornada con opciones.

Todo pudo haber cambiado en la primera acción Castañeda puso un centro raso desde la izquierda, Pampín se resbaló cuando iba a despejar y Álvaro Juan se encontró con una buena oportunidad para probar a Sequeira. Sin embargo, su disparo se marchó muy alto.

El Celta B asimiló bien el susto inicial y reaccionó pagando a su rival con la misma moneda. Esta vez fue Pampín el que recogió un pase de un inspiradísimo Manu Justo para poner un balón raso que Solís, en el segundo palo, remató al lateral de la red.

Los futbolistas bailan tras el pitido final. Ricardo Grobas

El intercambio de golpes inicial anticipaba un partido con mucho ritmo y llegadas pero no fue así. El filial céltico no conseguía hacerse con la pelota ante una Cultural Leonesa que gozaba de posesión pero sin profundidad.

Así, ambos equipos tardaron casi veniticinco minutos en volver a aproximarse a la portería rival. Justo, protagonista casi omnipresente en las acciones ofensivas de los locales, provocó una falta al borde del área que Carreira estuvo a punto de transformar en el 1-0.

Y apenas un suspiro después, el delantero vigués firmó otra brillante acción para deshacerse de su par, entrar en el área y poner un pase al punto de penalti que Solís no logró rematar por la oportunidad anticipación de un defensa.

El Celta B empezaba a sentirse cómodo y Carreira colocaba un primer centro al que por muy poco no llegaban ni Kevin Soni ni Manu Justo.

Fue el preludio de la acción que empezó a definir el partido. Carreira tiró de calidad para marcharse de dos defensores y poner otro envío al área, que esta vez rebotó en Galas. El árbitro interpretó que la pelota golpeó en su mano, aunque luego las imágenes de televisión demostrarían que no fue así, y señaló penalti. Manu Justo asumió la responsabilidad y, con mucha sangre fría, aprovechó el regalo.

Los visitantes estaban tocados pero pudieron volver a equilibrar el choque antes del intermedio. De hecho, lo hicieron aunque el árbitro anuló el tanto de Dioni tras un potentísimo saque de banda de Galas por mano en el control del delantero de la Cultural.

Y del posible empate se pasó al 2-0. Porque nada más reanudarse el partido, Barri recuperó un balón tras un saque de banda para acabar cediendo al borde del área a Manu Justo. Su potente disparo raso ajustado a la base del palo daba un golpe que acabaría siendo definitivo al encuentro.

Después del segundo tanto, el Celta B se hizo dueño total y absoluto de la pelota, con largas circulaciones de banda a banda. Sin inquietar de nuevo la portería defendida por Zubiaurre. Es cierto. Pero evitando a base de tener la pelota que su rival pudiera complicarle la vida.

Además, la Cultural no ofrecía muestras de poder cambiar el guión planteado por los célticos, con lo que los minutos fueron pasando para alegría de los aficionados locales. Hasta que a tres minutos de la conclusión, el colegiado decidió devolver la emoción al partido al pitar penalti en un despeje de Markel que rebotó en Holsgrove.

Sin embargo, el gol de Dioni apenas sirvió para inquierar mínimamente. El Celta B quería su billete al play off de ascenso. Y lo quería ya así que volvió a coger la pelota y a no soltarla para no pasar apuros innecesarios en esos minutos finales. El primer sueño es ya una realidad. Queda otro.