Luces y sombras del Celta para superar a un desangelado Lugo en su segundo (y penúltimo) bolo de la pretemporada. El grupo de Óscar monopolizó la pelota frente a un rival con muchas caras del filial, pero estuvo a punto de pagar un alto peaje por un par de errores defensivos groseros y no encontró el camino hacia la portería rival hasta el segundo tiempo, cuando sus atacantes más peligrosos lograron asociarse en el último tercio del campo. A diez días del estreno liguero contra el Eibar, da la sensación de que al equipo le falta rodaje.
El choque dejó momentos inquietantes, sobre todo en el primer tiempo, donde el equipo celeste careció por completo de profundidad y cometió errores infantiles, pero también destellos individuales de calidad y buenas noticias con respecto a jugadores que la pasada temporada tuvieron muy poco protagonismo y ayer mostraron implicación y buen desempeño, como David Juncá, uno de los más destacados del equipo en el primer tiempo y sobre todo Emre Mor. Un puñal por banda, el turco abrió la lata para anotar su segundo gol en dos partidos, estuvo en casi todas las batallas y generó innumerables quebraderos de cabeza a la poblada zaga rojiblanca en el segundo tiempo, cuando encontró la complicidad de Nolito y Iago Aspas.
Aunque es pronto para adelantar acontecimientos y el rival no era de lo más exigente, parece que el chico se lo ha tomado esta vez en serio y puede ser una de las grandes sorpresas del inicio de curso si mantiene el nivel de implicación y es capaz de poner su innegable talento al servicio del equipo.Una alineación con novedades
Arrancó el preparador celeste con muchas novedades con respecto al once que empató la pasada semana ante el Oviedo. Kevin estrenó titularidad como lateral derecho; Araújo y Fontán formaron en el eje de la zaga y Juncà, con cada vez más papeletas para quedarse, actuó por el flanco izquierdo. Las ausencias de los internacionales Beltrán y Okay propiciaron la presencia en medio campo del central Jorge Sáenz, escoltado por Brais Méndez y Baeza, el único, junto a Emre Mor e Iván Villar, que repitió. Vadillo y Santi Mina completaron el ataque celeste.
El cambio de piezas no mejoró gran cosa las prestaciones del Celta, que sufrió en los compases iniciales para dar salida a la pelota con la presión alta del Lugo y estuvo a punto de pegarse un tiro en el pie al poco de que el árbitro hiciese sonar el silbato con un error pueril de Araújo. El mexicano cedió un balón sumamente comprometido al portero y acabó entregando en boca de gol el balón a Barreiro, que estrelló el balón contra Villar. La rapidez de reflejos del cangués, que se echó como un rayo encima del delantero rojiblanco para interceptar el balón con el cuerpo, evitó al Celta el papelón de tener que sacar de centro.
Tras diez minutos de cierto apuro, los celestes se hicieron con el gobierno del choque. Pero su dominio fue estéril, sin filo, y se estamparon contra la muralla del Lugo, que incrustó a Pita como tercer central y vivió amontonado alrededor de su portero.Entrada de Aspas y Nolito
La entrada de Aspas y Nolito tras el descanso cambió por completo el decorado del partido e inclinó definitivamente el campo en favor del Celta, a pesar de que otro error de Villar nada más echar a rodar el balón pudo costar muy caro.
En el minuto 47, Aspas abrió el marcador tras una buena combinación entre Mor y Nolito, pero el árbitro anuló el gol por fuera de juego del sanluqueño. Para entonces el Celta estaba ya disparado y el conjunto del excéltico Juanfran García nada pudo hacer para contener los embates de los celestes.
Pasada la hora del encuentro, Mor encontró premio a su constancia en una jugada iniciada por Nolito. El exsevillista sirvió la pelota al cogollo del área y Aspas se la dejó con un sutil toque de cabeza al turco, que solo tuvo empujarla al fondo de la red. Desde entonces y, pese al carrusel de cambios realizado por ambos técnicos, el Celta monopolizó la pelota y el peligro hasta que Aspas encontró la sentencia al ser derribado en un mano a mano con el portero. El árbitro decretó penalti y el moañés liquidó sin contemplaciones el choque con un lanzamiento impecable.
