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El segundo renacer de Rafinha en Vigo

El hispano-brasileño vuelve a protagonizar un buen arranque de año, como ocurrió en su primera etapa en el Celta

y Mina. // Ricardo Grobas

Rafinha Alcántara (Sao Paulo, 1993) celebró ayer su vigésimo séptimo cumpleaños recibiendo el trofeo al mejor jugador del Celta en el mes de enero, mientras se desvelaba que el Barcelona rebajó la cláusula de rescisión de su contrato de 75 a 17 millones de euros. El buen arranque de 2020 del hispano-brasileño recuerda al que protagonizó en su anterior etapa en Vigo, hace seis años. Entonces, el hijo de Mazinho fue una pieza clave para que los de Luis Enrique Martínez remontasen el vuelo en LaLiga. Rafinha disputó nueve partidos completos en el inicio de 2014, en los que el Celta sumó 14 puntos que le permitieron situarse en la mitad de la tabla, lejos de los agobios que había tenido que soportar en el ejercicio 2012-13. Como reclamaba hace semanas Óscar García, el Celta ha encontrado un nuevo líder, más allá de Iago Aspas y del recién llegado Jeison Murillo.

"Estoy en el mejor momento y muy feliz por este premio y por el trabajo que estamos haciendo. Deseo que sigamos así y que sea también la continuidad del buen juego. Creo que es una cuestión de adaptación. Intenté adaptarme lo más rápido posible, pero ahora estoy muy bien, estoy feliz de estar así", señalaba ayer Rafinha después de recibir el Trofeo Estrella Galicia de enero de 2020 y recordando tras una pregunta de la prensa que LaLiga le había elegido como mejor jugador del mes de febrero de 2014. Entre esas dos fechas, el internacional brasileño no ha vivido un comienzo de año natural en su carrera tan regular y destacado, incluyendo su paso por el Inter de Milán en 2018.

Con motivo del nuevo cumpleaños de Rafinha, varios seguidores recordaban ayer en las redes sociales un antiguo vídeo de Rafinha y su hermano Thiago jugando con un balón en la pradera de Balaídos. En esos años, siendo ambos unos niños, nacía una estrecha relación sentimental de los Alcántara con el club vigués. Y es en el Celta donde Rafinha ha ofrecido un mayor rendimiento como futbolista. Su caso podría llegar a compararse al de Iago Aspas, quien en Vigo recuperó la felicidad que le faltó en el Liverpool y el Sevilla, a los que llegó después de despuntar en el Celta. De regreso "en casa", como suele subrayar el moañés, pudo convertirse en uno de los más destacados de LaLiga y de los más reputados goleadores de Europa.

Con Aspas y Rafinha mostrando su mejor versión y liderando el juego del equipo, el Celta ha recuperado las buenas sensaciones y el optimismo. Ambos, junto con Okay y Sisto, fueron de los más destacados del triunfo ante el Sevilla que permitió a los célticos salir de los puestos de descenso. "Verlo jugar es un lujo", apuntaba ayer Rafinha sobre Aspas.

Con ambos, el Celta intentará dar la sorpresa el domingo ante el Real Madrid (Bernabéu, 21 horas), líder de la competición. "Es un partido difícil. Tenemos que salir a dar lo mejor para intentar sacar los máximos puntos posibles. Vamos allí con la idea de ganar. Para ganar al Real Madrid tenemos que hacer un partido perfecto, dando nuestro mejor nivel de juego y de actitud", indica el internacional brasileño, quien en ese mismo campo inició un 2014 que le llevó a brillar con luz propia en LaLiga, por encima de Leo Messi y de Cristiano Ronaldo, las estrellas entonces del campeonato.

Tanto en 2013 como en 2019, Rafinha llegó a Vigo cedido por el Barcelona, que ahora parece dispuesto a desprenderse del centrocampista. De hecho, ayer desveló el diario Marca que el club catalán ha reducido considerablemente la cotización de su jugador, con contrato en vigor hasta 2021. El Celta podría comprarlo el próximo junio por 17 millones de euros, un millón más de lo pagado el verano pasado por Denis Suárez (incluidas variables). El problema, sin embargo, es el elevado sueldo anual del brasileño (sobre unos 3 millones de euros). "Primero tengo que jugar aquí y dar mi máximo nivel para ver las posibilidades que hay en verano", apuntaba ayer Rafinha en referencia a su nueva cláusula de rescisión.

El centrocampista se ha convertido en uno de los referentes del equipo celeste, en uno de esos líderes que el entrenador reclamaba para sacar al Celta del agujero. El domingo celebró con emoción y rabia el triunfo ante el Sevilla. "Era mucha la emoción porque llevamos muchos meses en esta situación. Era un partido muy importante porque la afición también nos empujó y nos ayudó", dijo, antes de reconocer que se vive mejor con la presión por tener que ganar siempre (en el Barcelona) que la de evitar el descenso (Celta). "Se convive mejor con la presión del Barça. A ninguno nos gusta estar en esta situación, pero también nos motiva salir para arriba. El año pasado ya hubo esta misma situación. Es difícil, pero tenemos que saber sacar lo mejor de nosotros. Es una sensación de tristeza verte todas las jornadas así. El vestuario siempre estuvo unido, pero últimamente está mucho más motivado. Esta victoria nos ha dado una motivación extra", concluye Rafinha Alcántara, que vive su segundo renacer en Vigo.

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