Una de las decepciones de la temporada en el Celta es Denis Suárez. El salcedense pasa por un momento muy complicado, pues ni siquiera juega, después de arrancar el curso como una de las estrellas del equipo. Su compañero y amigo Rafinha Alcántara tomó el relevo. Son la cruz y la cara de la Operación Retorno que el club emprendió el verano pasado para aspirar a metas europeas. Ayer, el internacional brasileño salió en defensa del compañero con el que llegó a Vigo procedentes ambos del Barcelona.
"Todos hemos pasado por ese momento. Viene de lesiones y necesita continuidad en el equipo para demostrar la calidad que tiene. Obviamente, lo necesitamos", proclamaba Rafinha, indiscutible ahora mismo para Óscar García, quien sigue esperando por el Denis Suárez que brilló en el Villarreal y que la gran competencia le relegó a un papel secundario en el Barcelona, a cuya cantera llegó por recomendación del ahora entrenador del Celta.
Sin embargo, una de las primeras decisiones que tomó el sabadellense al hacerce cargo del Celta fue sentar a Denis Suárez, coincidiendo con la visita del equipo vigués al Camp Nou. Apenas dos titularidades le ha concedido García Junyent al salcedense en los once partidos como entrenador celeste. Una lesión de tobillo impidió al centrocampista estar disponibles en las citas ante Mallorca y Osasuna. Contra el Sevilla y el Valencia no disputó minutos. Al menos, se le ve involucrado con el equipo y recuperó la sonrisa tras el triunfo ante los sevillistas. En cualquier momento, Suárez volverá a parecer en el once céltico.
