El Celta celebra una temporada más en Primera División, la octava consecutiva desde su último ascenso, gracias a Iago Aspas. El moañés se recuperó a tiempo de una lesión muscular el curso pasado para protagonizar una racha increíble de goles y dar al equipo vigués el impulso suficiente para evitar el descenso en la última jornada. Ayer, el internacional céltico desveló en el programa Land Rober, de la Televisión de Galicia, que forzó su titularidad ante el Villarreal pese a las dudas de su entrenador, Fran Escribá, sobre el estado físico del delantero. Aspas logró dos de los tres goles de la remontada ante el conjunto castellonense, que se fue al descanso del partido con un 0-2 a favor en el marcador. El moañés sumó 10 goles en las últimas diez jornadas, en las que el conjunto vigués obtuvo 16 puntos de 30 posibles y el derecho a continuar en la máxima categoría un año más.

"El día anterior, el entrenador me dijo que no me veía para ser titular ante el Villarreal. Llegó el día del partido y hablé con el segundo entrenador (David Generelo) y con Oubiña (otro de los ayudantes de Escribá) y les dije que tenía que jugar, que sería un plus para los compañeros. Fueron días duros. Eché casi diez semanas de baja, no podía ayudar al equipo, viendo la situación en la que estábamos. Me metían mucha presión: 'venga que haces falta', me decían", recordaba Aspas sobre aquellos momentos tan delicados de un equipo que intentaba reconducir la situación deportiva después de destituir a dos entrenadores: Antonio Mohamed y Miguel Cardoso.

Y sobre el partido contra el Villarreal, el moañés añadió: "En los primeros 45 minutos no pude sacar el fútbol que llevo dentro". Pero todo cambió en la segunda mitad, con el agua al cuello para los célticos tras el 0-2 a favor del equipo castellonense. Aspas anotó el primero, Maxi Gómez igualó y el moañés le dio la vuelta al marcador de penalti, cuando restaban cinco minutos para finalizar el duelo. Tras la remontada, Escribá dio descanso a Aspas. Entonces, Balaídos premió a su héroe con una ovación memorable, inolvidable. "En el último minuto, ver a la gente corer mi nombre los tres meses que llevaba con esa maldita lesión", recordaba ayer un emocionado Aspas. La imagen del jugador llorando en el banquillo, mientras Balaídos enloquecía por el triunfo "in extremis" de su equipo, dio la vuelta al planeta fútbol y se convirtió en uno de los gestos de lealtad a un club más destacados por la prensa internacional.

Durante el programa de la TVG, Aspas también mostró sus grandes conocimientos futbolísticos y ante el asombro de la audiencia identificó a jugador de la selección de Gibraltar cuya fotografía aparecía en una pantalla del plató. "Me gusta mucho, sigo mucho el fútbol. Mi mujer es la que me aguanta todos los fines de semana mientras me dedico a ver partidos enteros".

Sobre las expectativas del Celta para esta temporada, Aspas se mostró cauto, aunque finalmente lo convencieron para que prometiese un título: "La cosa pinta bien pero las temporadas son largas. La temporada pasada también comenzamos con ilusión", dijo el céltico antes de lanzar un anhelo: "Esperemos poder darle pronto un título a la afición. Esperemos este año en la Copa del Rey".

Pese a la rivalidad con el Deportivo y el mal trato que recibe en Riazor, Aspas reconoció que le gustaría ver al equipo coruñés de nuevo en Primera División para que Galicia disfrute de los derbis entre los equipos de sus dos principales ciudades: "Me gustaría que el Deportivo estuviese en Primera, ya lo dije en otras ocasiones. Las últimas veces que visité Riazor tuve la oportunidad de ganar y, por encima, meter goles. Estamos viendo la magia del fútbol. El pique no puede faltar, es la esencia del fútbol", añadió un Aspas que subrayó cómo en los últimos derbis se había rebajado la tensión entre ambas aficiones y que le gustaría que fuese un partido sin violencia, al que pudiesen acudir familias con hijos pequeños como su hijo Thiago: "Thiago es como yo de pequeño. Espero que sí, que sea del Celta".

Recordó también su llegada a la cantera del Celta, con 8 años de edad, y la anécdota de tener que cambiar la fecha de nacimiento para que le permitiesen realizar las pruebas de acceso. Su madre, comentó, realiza muchos viajes siguiendo al Celta. Reconoció que "pagó" el salto del Celta a un club "muy grande" como el Liverpool, donde apenas contó con minutos. Después, en Sevilla, tampoco tuvo muchas oportunidades, hasta que decidió regresar a casa para convertirse en una leyenda del club de su corazón, el mismo al que en su debut en Balaídos también había salvado de otra situación comprometidísima: necesitaba ganar al Alavés para evitar el descenso a Segunda B. Y Eusebio Sacristán le dio los últimos minutos de partido. Aspas los aprovechó marcando dos goles decisivos. "Ese día quedará grabado para enseñar a los hijos y a mis nietos. Había opciones de caer al descenso. Fue una fecha en la que me di a conocer", recordó Aspas.

En el programa de Land Rober, Aspas fue invitado a cantar con el Combo Dominicano una versión de "La Cucaracha" a ritmo de bachata. El futbolista se enfundó una chaqueta y un sombrero rojo, a juego con el vestuario de los cantantes del grupo canario, para interpertar y bailar el estribillo de la popular canción. Al finalizar su experiencia musical, el moañés prometió que si el domingo marca un gol al Granada en Balaídos lo celebrará con el gesto de estar pisando una cucaracha, en homenaje a su visita al programa de la TVG.