Los hermanos Montes se harán cargo del Celta B: Jacobo como primer entrenador y Marcos como segundo. Esta pareja de técnicos redondelanos viene de cerrar una brillante temporada con el Coruxo, que busca nuevo técnico, al que tuvieron peleando por los puestos del play-off de ascenso, el objetivo del filial céltico en las últimas temporadas. El club celeste anunció ayer al mediodía el adiós de Rubén Albés, que concluía contrato a finales de junio y, a continuación, la llegada de los hermanos Montes para hacerse cargo del equipo de Barreiro. La irregular temporada del segundo equipo céltico, que partía con aspiraciones de ocupar los primeros puestos y acabó jugándose la permanencia ante el Alcoyano, propició que Albés diese por cerrada esta etapa en el Celta para iniciar una nueva aventura en el UCAM Murcia.

El principal candidato a sentarse en el banquillo del Celta B era Jacobo Montes, que viene protagonizando una carrera profesional en constante progresión desde sus comienzos en el Valladares, en la Preferente Autonómica. En 2015 se hizo cargo del equipo de su tierra, el Choco, donde protagonizó una brillante temporada y lo situó en la cuarta plaza de Tercera División, disputando el playoff de ascenso. Un año después, se hizo cargo del Alondras, al que llevó hasta la séptima posición en Tercera.

En la temporada 2017-18, Jacobo y Marcos Montes (Redondela, 1977 y 1975, respectivamente) formaron un tándem en el Coruxo y tuvieron la oportunidad de dirigir al primer equipo en sustitución de Rafa Sáez, primero por una ausencia por sanción del pontevedrés y después ya como máximos responsables del banquillo del equipo de O Vao para afrontar las últimas jornadas y los partidos del play-out por la permanencia en la división de bronce. Salieron airosos del compromiso ante el Mérida y este curso recién concluido llevaron al equipo de Coruxo hasta la décima posición, después de pelear incluso por los puestos de ascenso a Segunda División A.

Los hermanos Montes finalizaban contrato con el equipo vigués y declinaron la propuesta de renovación. El Celta seguía con atención su trabajo en O Vao y desde hace tiempo aparecían como candidatos favortios para ocupar el banquillo de Barreiro.

Por delante tienen un reto importante porque esta temporada el Celta B vivirá una importante remodelación en la que tienen que dar entrada a la nueva hornada de juveniles (que alcanzaron las semifinales de la Copa de Campeones) y tomar muchas decisiones sobre un grupo de futbolistas que llevan un tiempo en el equipo.

Después de siete temporadas consecutivas en la Segunda División B, en el club celeste seguramente volverán a poner el listón alto: en las plazas de play-off de ascenso a la categoría de plata.