El Celta de hoy se disfrazó del Celta de principio de temporada. El conjunto celeste volvió a ver como volaban los puntos de Balaídos después conseguir darle la vuelta a un partido que parecía totalmente controlado. El Espanyol rascó un empate de su visita a Vigo (2-2) con un gol a cuatro minutos del final, después de que los célticos hubiesen sudado la gota gorda para remontar el tanto inicial del conjunto perico. Porque el Celta, tal y como hizo en Mendizorroza, encajó otra vez en los primeros compases del encuentro y tuvo que jugar contracorriente. Maxi Gómez, con un gol antes del descanso y otro a diez minutos del final, consumó una merecida remontada de un equipo celeste que puso en innumerables aprietos a Diego López. Sin embargo aparecieron otra vez los fantasmas del pasado en la recta final. La calidad de Gerard Moreno transformó un balón largo en un disparo imposible para Rubén. El empate y un punto que supo a victoria para los visitantes pero que descuelga al Celta de la pelea contra el Eibar y el Sevilla por las posiciones europeas.

Parecía que últimamente el equipo de Juan Carlos Unzué había dejado atrás esa mala costumbre de perder en la recta final de los choques lo logrado durante los minutos anteriores. Pero volvió a ocurrir. El Celta recurrió a su alineación de gala para afrontar el encuentro. Pione Sisto volvió al once después de su suplencia en Mendizorroza. Al igual que Hugo Mallo, recuperado de su lesión. Los vigueses demostraron desde el arranque que estaban enchufados. Los de Unzué se hicieron con la manija del partido y le buscaron las cosquillas al Espanyol por las bandas, en especial por la derecha, donde Hugo Mallo y Daniel Wass campaban a sus anchas. Pero quien golpeó primero fue el equipo catalán. Un rebote en el centro del campo, dos pases rápidos y Baptistao se plantó en velocidad ante Rubén Blanco. El brasileño cruzó con precisión ante la salida del mosense.

Tocaba remar. Otra vez. Como la semana pasada en Vitoria. El plan de ataque no varió y la posesión del Celta se multiplicó. Fue entonces cuando comenzó a hacerse gigante la figura de Diego López bajo los palos del Espanyol. El lucense se empeñó amargarle la tarde a Maxi Gómez. Llovían centros en el área de los pericos y el delantero charrúa pudo haberse puesto las botas de no ser por el portero. Tras dos testarazso malogrados, a la tercera fue la vencida. Maxi cabeceó a la red un gran envío al segundo palo de Mallo. Todavía tendría en su pie derecho la opción de adelantar al Celta antes del descanso, pero Diego López tuvo una gran respuesta a su remate raso cruzado.

Al Celta le costó arrancar en la segunda mitad. El equipo perdió unos minutos valiosos con pases lejos del área rival. Hasta que superada la hora de encuentro Diego López voló de palo a palo para repeler un remate a quemarropa de Maxi. La oportunidad espabiló a los vigueses, que vieron como el portero del Espanyol volvía a sacar con los pies un balón rechazado por su propia defensa y que iba directo al fondo de su portería. También lo probó Mallo desde lejos.

Unzué sabía que el Celta necesitaba un empujón desde el banquillo. Entraron Emre Mor y el 'Tucu' Hernández por Sisto y Radoja. Fue precisamente el turco el que asistió a Maxi en el tanto que certificaba la remontada. El extremo se subió a su moto por la banda izquierda y nadie pudo pararle hasta que llegó a la línea de fondo, desde donde puso el centro. Control, volea y gol Maxi para delirio de Balaídos. Aunque nadie contaba con el desenlace que se produjo a cuatro minutos del final, con Cabral preparado en la banda para asegurar los tres puntos. Gerard Moreno controló fuera del área de espaldas un balón largo, se giró a toda velocidad y soltó un latigazo con la zurda que entró pegado al palo izquierdo de la portería de Rubén. Un remate tan inésperado como el resultado.

Otra vez la misma historia de la primera vuelta del campeonato, cuando el Celta se adelantaba y perdía la ventaja en el ocaso de los partidos. Unzué hizo debutar a Lucas Boyé para intentar recuperar la ventaja. Los vigueses ceden dos puntos ante un rival directo, mientras ven como el Eibar y el Sevilla se escapan a tres y cuatro puntos, respectivamente. El equipo viaja la próxima jornada al Coliseum para medirse al Getafe.