Lucas Boyé ya es jugador del Celta, al menos hasta el próximo mes de junio, aunque el equipo vigués consiguió su propósito de arrancarle al Torino, propietario del futbolista argentino, una opción de compra de 12 millones de euros, además de asumir el pago de un salario que ronda el millón de euros, según la prensa italiana.

La incorporación del atacante que solicitaba Juan Carlos Unzué como refuerzo para afrontar el reto de devolver al equipo vigués a las competiciones europeas se hizo esperar. El acuerdo del préstamo de Boyé se conoció a media tarde de ayer, cuando se consumían las últimas horas del plazo de fichajes en esta ventana de invierno.

A continuación, desde Plaza de España se anunciaba la salida de Andrew Hjulsager hacia el Granada, de Segunda División, donde el danés jugará a préstamo hasta junio. De esta forma, Unzué dispone de una plantilla de 20 futbolistas, incluido el canterano Brais Méndez, para afrontar los 17 partidos de Liga que le restan al Celta.

Boyé viajará a Vigo en las próximas horas, después de que en la tarde de ayer pasase por las oficinas del Torino para firmar su cesión al Celta, que lo señaló como objetivo prioritario para incorporarlo en enero después de fallar la opción del sevillista Correa. La contratación del joven argentino, que a finales de febrero cumplirá 22 años, se paralizó cuando el club italiano se plantó en que solamente accedería a su cesión, sin opción de compra.

El jugador nacido en 1996 en la localidad de San Gregorio, en la provincia argentina de Santa Fe, ya había expresado su deseo de abandonar Turín porque su técnico apenas contaba con él y se mostraba interesado en probar en el fútbol español. Incluso recabó información del club celeste y de Vigo a través de su compañero de equipo el vigués Iago Falque.

La participación de Lucas Boyé en el Torino a lo largo de esta temporada ha sido casi testimonial, pues ha sumado 141 minutos en las once apariciones que tuvo en la Liga y otros 49 minutos en la Copa. Es más, en lo que va de 2018, el argentino apenas ha disputado 23 minutos en partidos oficiales, por lo que necesita recuperar el ritmo de competición y afrontar un periodo de adaptación al Celta.

Tras la cesión de Guidetti al Alavés y la salida ayer de Hjulsager, Unzué dispone de pocos efectivos en ataque. A los titulares Aspas, Maxi y Sisto se añaden Emre Mor y ahora Boyé.

El argentino, que debutó en el fútbol profesional con River Plate a la edad de 17 años, se marchó cedido posteriormente a Newell's Old Boys, donde llamó la atención de varios equipos italianos. La Roma fue la primera en alcanzar un principio de acuerdo con el jugador, pero el Torino se adelantó en presentarle un contrato que le llevó a Italia en el verano de 2016.

Apodado "El Tanque" o "El Toro", el nuevo jugador del Celta se convierte en el segundo refuerzo del equipo vigués en este mercado de enero. La primera incorporación fue el lateral zurdo eslovaco Robert Mazan, que va a cumplir su primer mes en Vigo y todavía no se ha estrenado con la camiseta celeste.

La eliminatoria de Copa en octavos de final ante el Barcelona dejó al Celta con el único aliciente de la LaLiga, donde se ha situado séptimo, a dos puntos del sexto lugar, que ocupa el Sevilla. La reducción del calendario céltico obligó al club a replantearse el futuro inmediato. Con apenas una veinte de partidos por delante, en Plaza de España accedieron a facilitar la salida de John Guidetti, incapaz de ganarse la titularidad ante Maxi Gómez. El sueco se marchó cedido al Alavés. También se ha ido el portero Iván Villar, que estará a préstamo en el Levante. Ayer se confirmaron los dos últimos movimientos de esta ventana de enero: la salida hacia Granada de Hjulsager y la incorporación del atacante argentino Lucas Boyé.