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El Celta extravía su rumbo en la Liga

El sueño europeo vuelve a pasar factura al equipo de Berizzo, que encadena su tercera derrota frente a un eficiente Athletic

Beauvue intenta eludir a Yeray y Laporte. // R. Grobas

Preso de su sueño europeo, el Celta ha extraviado su rumbo en la Liga con una nueva derrota, la tercera consecutiva, que deja al grupo de Berizzo anclado en tierra de nadie y con el duelo frente al poderoso Manchester United, su último obstáculo en su camino hacia la final de la Europa League, como único y prometedor objetivo.

Fracasó el entrenador celeste en el empeño de presentar batalla al eficiente Athletic de Ernesto Valverde, un adversario motivado por la necesidad que mostró mucha más determinación y derrotó con mucha facilidad a los celestes sin necesidad de recurrir a todo su arsenal. Lejos de acercarse a su mejor versión, la segunda unidad fue un juguete en manos del conjunto de Valverde, que gobernó el partido con total autoridad y anotó tres goles sin sufrir daños.

el "gato" y 10 más

Tres titulares (Sergio, Fontás y Radoja) utilizó de partida Berizzo, que se dejó fuera de la convocatoria a Hugo Mallo y a Radoja, reservó a la mayoría de sus hombres habituales y aplazó el debut en la portería de Iván Villar. La ocasión era propicia para el joven portero cangués por la lenta recuperación de Rubén Blanco y necesidad de proteger a Sergio de una lesión para el duelo del jueves contra el Manchester, pero el técnico prefirió asumir el riesgo y jugar frente al Athletic con un portero más contrastado en un partido en el que, más que los puntos, estaba en juego fortalecer la autoestima. No fue una mala decisión, la de mantener al portero, pues el Gato confirmó su formidable momento de forma con paradas salvadoras a Lekue y Williams antes del descanso aunque nada pudo hacer para evitar la debacle.

Valverde rotó menos y le funcionó mucho mejor. El cacereño dio descanso a Aduriz, recuperó a Williams, un martillo pilón como delantero centro, y puso a Lekue, que también entró de refresco, como extremo derecho.

un rival más motivado

Acaso porque le iba mucho más en juego y a diferencia de lo ocurrido en la primera vuelta en San Mamés, fue el Athletic el que gobernó el partido con la pelota frente a un Celta inusualmente timorato, que se conformó con esperar en busca de un robo de balón en una zona sensible del campo que le permitiese correr y armar la contra. Un tenue aviso de Bongonda con un disparo al lateral de la red a los 7 minutos fue el único disparo del Celta contra el portal de Kepa en todo el primer tiempo.

A los celestes les costó demasiado asomarse al área rojiblanca y fueron fácilmente neutralizados por la defensa al menor amago de peligro. Bongonda tuvo otra buena opción al filo del descanso pero fue providencialmente interceptado por Laporte antes de que pudiese armar el disparo.

El Athletic llegó más y generó bastante más peligro, hasta el punto de convertir de largo a Sergio en el mejor de los celestes. El Gato hurtó el gol a Lekue y a Williams con dos paradas monumentales pero no pudo evitar que los de Valverde inaugurasen el marcador a balón parado, una de sus especialidades, con una segunda jugada: un córner botado por Muniain que Bongonda prolonga sin querer con la nuca en el primer palo hacia Raúl García, que fusila a Sergio entrando al segundo palo.

golpe psicológico

Las opciones celestes de meterse en el partido se esfumaron nada más reanudarse el partido con un segundo gol de Raúl García, que culminó una magnífica combinación con Williams, una pared que partió en dos a la zaga y dejó al artillero navarro frente a Sergio con demasiada ventaja como para esperar milagros. Williams pudo luego incrementar la cuenta rojiblanca en un par de acciones.

sin capacidad de reacción

El segundo gol fue una losa demasiado pesada para el Celta. Los cambios tampoco ayudaron. Berizzo dio entrada a Pape por Wass y puso a Guidetti como "doble nueve" junto a Beauvue, sin éxito. La posterior entrada de Señé tampoco contribuyó precisamente a dar profundidad al ataque. Sí le funcionaron los cambios a Valverde, especialmente la entrada de Mikel Rico, autor del tercer rojiblanco entrando prácticamente hasta la cocina. Demasiada superioridad la del Athletic ante un Celta bipolar, con abismal diferencia entre titulares y suplentes.

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