El boirense muerto al caer al mar estaba con dos amigos que se fugaron, según un testigo

“Les pedí que se tirasen al agua para rescatarle, porque yo no sé nadar, pero se esfumaron”, relata el pescador que acudió tras oír un acelerón del vehículo justo antes de precipitarse desde el muelle

Afirma que “son conocidos”

El boirense muerto al caer al mar estaba con dos amigos que se fugaron, según un testigo

El boirense muerto al caer al mar estaba con dos amigos que se fugaron, según un testigo / Suso Souto

Suso Souto

La hipótesis de un accidente por una imprudencia cobra fuerza en la investigación de las circunstancias que rodearon la muerte del boirense Marcos Ozores Pais, de 32 años, el pasado viernes al caer al mar en su vehículo desde el muelle de Escarabote. Y la presencia de otras personas en el lugar y en el momento del suceso también, aunque todo indica que no hasta el punto de hablar de implicación, sino, presuntamente, de omisión de socorro.

Y es que el hombre que esa noche fue testigo de lo ocurrido antes y después de la caída del coche al mar (un vecino de Escarabote que estaba pescando al otro lado del muelle) declaró a la Guardia Civil que Marcos estaba con dos amigos con los que solía quedar allí para beber y charlar, y que “se dieron a la fuga al ver que el vehículo había caído al agua”.

Este diario localizó a ese testigo. Se llama Enrique y aunque prefiere ocultar su rostro, relató, como ya hizo en tres ocasiones ante la Guardia Civil, lo que vio y escuchó esa noche.

“Son todos conocidos por aquí. Suelen quedar para charlar y beber en el muelle. Esa noche, el coche de Marcos, un Citroën Saxo, estaba aparcado al inicio del muelle, en dirección entrada. Estaba con dos amigos que tenían un Audi, aparcado en sentido salida. Yo estaba pescando y escuché cómo intentaban arrancar el Citroën Saxo. Le fallaba la batería. Se pusieron a empujarlo y yo subí por las piedras para ayudarles. Pero, al ver que conseguían arrancarlo, di vuelta para seguir pescando. Entonces escuché un acelerón y al instante intuí que ese coche no iba a dar parado, porque fue a demasiada velocidad hasta el final del muelle para girar a la izquierda y dar la vuelta, y ya escuché el golpe de la caída”, explica.

Según su relato, “me acerqué al lugar y los dos amigos de Marcos estaban a mi lado, mirando, como yo, el lugar al que había caído el coche. Les pedí que se tirasen al agua para rescatarle, porque yo no sé nadar. Pero, sin decir nada, se dieron a la fuga. Se esfumaron en el Audi”.

En su opinión, “lo más probable es que, al girar para dar la vuelta, a una velocidad excesiva, no pudo completar la maniobra y el vehículo culo cayó lateralmente al agua; de hecho, quedó volcado y pegado al muelle, en paralelo al mismo”.

“Avisé a los servicios de Emergencias. No se veía nada. El agua estaba muy turbia porque es una zona de mucho fango. Además, la marea estaba alta y allí hay unos cinco metros de profundidad”, explica Enrique, quien señala el golpe que provocó el coche en la proa del bateeiro Del Rey, justo encima de su línea de flotación, presuntamente al impactar contra él.

Enrique afirma que tanto Marcos como las dos personas que estaban con él “son amigos y solían verse allí”. “No sé por qué se marcharon, pero supongo que se asustaron. Esas dos personas son conocidas por aquí y también por la Guardia Civil, por furtivismo y cosas así”, indica. El pescador dice que, si la Guardia Civil le pide que los identifique, sabría reconocerles.

Respecto al hecho de que el coche de Marcos Ozores tuviese puesto el freno de mano cuando fue recuperado del fondo de la dársena, una de las hipótesis es que lo accionase él al ver que perdía el control del vehículo, si fue eso lo que ocurrió.

Enrique, el hombre que fue testigo de los momentos anterior y posterior a la caída del coche al agua desde el muelle, lleva seis años yendo a pescar a ese lugar. Y, según explica, también Marcos Ozores solía quedar allí con sus amigos “desde hace años”, como aseguran también otros vecinos de Escarabote.

“En ese muelle suelen reunirse grupos de amigos que llevan las bebidas y pasan horas charlando”, indica. Un lugar que parece estar en el punto de mira de la única videocámara que hay en la fachada portuaria de Escarabote: la del Club Náutico Deportivo de Barraña. Está sobre una pequeña caseta, al otro lado de los pantalanes, en el extremo opuesto del muelle, pero parece estar orientada directamente a ese punto del mismo.

Y, pese a la distancia y a que era de noche, la grabación podría resultar de suma importancia para los investigadores, tanto por si captó movimiento de personas y de vehículos como por si recogió la caída del vehículo al agua.