Los mensajes que se escuchan por medio de los medios de comunicación y redes sociales son cada vez más frecuentes en el sentido de que para combatir el Covid-19 "la solidaridad, el compromiso, el respeto y el civismo" deben reinar sobre la conciencia del pueblo español.

Ocurre que en una sociedad de masas la igualdad pretendida por los medios publicitarios llevan a muchos al consumismo exacerbado. La democracia que supostamente invocada por el gobierno es amortiguada. El sensacionalismo artificial de que bienes y servicios están en niveles de igualdad para todos en general es exagerada.

El rebaño sigue la ola frenética: comprar y abastecer los hogares siguiendo las recomendaciones sanitarias de permanecer en casa y cuidar la higiene.

Pero, ¿qué pasa en las entradas y salidas de algunos supermecados, farmacias y demás sitios autorizados al desplazamiento de la población? Son los que estan recibiendo beneficios extras con las compras masivas y no los veo invirtiendo en sus trabajadores y consumidores con distribución de guantes o ni siquiera limpieza y desinfectantes en los carros de las compras.

La población ya está sensibilizada, no cabe duda, resta el sector privado.