El acceso al gobierno municipal de Pontevedra del BNG trajo de la mano un planteamiento revolucionario en lo referido con el medio ambiente. Según la novedosa formulación, los ecocidios pasaron a ser buenos o malos según el posicionamiento político del autor. Bajo la cobertura de ese manto, en el espacio geográfico del Ayuntamiento de Pontevedra se han cometido auténticas barbaridades medioambientales por parte del "ecologista" BNG local. A la masa arbórea le ha correspondido la peor parte de esa política. Como consecuencia, los árboles de porte van camino de convertirse en un 'rara avis' en el espacio urbano. El mutismo más absoluto ha caracterizado la actuación de los "ecologistas de cámara" del municipio de Pontevedra ante la situación.

Hace unos días se ha dado una vuelta de tuerca al estado de cosas. En la calle Alemania cuatro caducifolios -dos de ellos con toda seguridad centenarios- han sido talados por simple notoriedad. El tocón de cada uno de ellos es testigo de su saludable estado. No eran árboles enfermos. Fueron abatidos porque así lo decidieron unos vecinos poco responsables arrogándose una representatividad que nadie les había concedido. Quien escribe conoce perfectamente el caso al vivir en el edificio inmediato a donde estaban emplazados los árboles. No es la primera ni única vez que algo similar sucede, sobre todo en tiempo electoral.

Conocido es el actual avance del desierto en la península Ibérica, algo residual cuando se realizaron las primeras fotografías aéreas. Poder dar a sus nietos únicamente unos dátiles, ¿será el deseo de algunas personas? ¿No sería mejor ofrecerles vida y porvenir? Señor alcalde de Pontevedra, sigo esperando respuesta a la pregunta que le formule hace ya unos días en un escrito dirigido a su persona vía Registro. ¿Podría hacer lo mismo cualquier otro vecino en la Alameda?