En una ciudad como Pontevedra es lamentable que sea su propio alcalde quien abandone su obligación de luchar por erradicar el paro y que el estandarte electoral que maneja, cada cuatro años, sea querer cerrar la Empresa Nacional de Celulosas, que con 400 empleos es la única industria importante que tenemos en nuestra comarca. Que no le quepa la menor duda de que "vivirá" eternamente en la memoria de 5.100 afectados(entre puestos directos e indirectos), además de todos aquellos que hace tiempo engrosan las listas del INEM y hacen que Pontevedra sea la provincia gallega con más parados. Ahora que se jubilan tantos funcionarios municipales, podría ser un buen momento para recolocar a los afectados. Parece ser que, por su desmesurada ambición de coleccionar medallas y trofeos, ya no le llega con los "reconocimientos" recibidos por la peatonalización de la ciudad y se enfrenta, una vez más, a una parte de la ciudadanía. Espero que lo expuesto agravado por el enfrentamiento con ciertos barrios por el abandono de sus servicios y el sentido común le pasen factura el próximo 26 de Mayo. Creo que es momento de que la Audiencia Nacional obre en consecuencia y tenga en cuenta las pérdidas millonarias de la empresa (73 millones en bolsa, 40 millones en inversiones de los 71 proyectados), próxima inversión de 350 millones entre 2019 y 2023, lo que generaría más empleo. Todas estas actuaciones se realizaron tras la prórroga en regla concedida en 2016, por lo cual se podrán pedir indemnizaciones. Que nos hablen de los importantes gastos dependientes de todos los recursos presentados, a cargo del dinero público, de todos.