La celebración de la Supercopa de España de fútbol, que se disputó en Tánger (Marruecos), es una decisión del presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, que ha sido poco y mal explicada. Sin argumentos de peso suficientes que avalen el extemporáneo encuentro fuera de nuestras fronteras, sin la transparencia debida, se alimentan las sospechas y las preguntas en torno a lo que únicamente apunta a un pelotazo federativo ajeno al interés deportivo ¿Está pasando algo parecido con el partido de liga en los Estados Unidos?