Asistimos estos días al debate en torno a darle más protagonismo al griego y al latín en el Bachillerato. Ni que decir tiene que dichas lenguas están presentes (o al menos vivas) para nuestro conocimiento, pues en España y Latinoamérica están en las raíces del léxico. Muchas voces derivan de las mencionadas lenguas.

Otro tanto ocurre con la Filosofía, portadora de la evolución del pensamiento y los conocimientos, a la que se trata restringir su presencia en las aulas. Es una ignominia que el Ministerio de Educación y Ciencia no se personalice y considere algo que la etapa anterior haya reflejado en su dimensión real, que pasa por corregir defectos y abrir unas nuevas negociaciones.

En cuanto a la Religión debe ser optativa pues se trata de una ideología y como otras disciplinas del pensamiento estaría presente en lo referente a la Historia de la Humanidad y lo concerniente a la doctrina y el dogma, que de por sí es suficiente y no vería mal que se leyese la Biblia, San Agustín, el Arrianismo, los Cataros, El Temple, Lutero, Calvino, etc.

Otro tanto la Historia misma, la Literatura, el Arte...

"Mens sana in corpore sano".