El domingo fue un día que, si no resultó mas trágico en el casco urbano de Vigo, fue por la voluntad y esfuerzo de los vecinos que, con esfuerzo y elementales medios, acabaron apagando los incendios que amenazaron sus viviendas, locales comerciales y vidas. Si hago este escrito es para referirme a una situación que viene desde lejos y políticamente no se le presta la atención debida.

Tal y como insistieron machaconamente los políticos, son incendiaros los que provocan estas situaciones, gentes malvadas que están destruyendo nuestro patrimonio y vidas y que merecen lo peor que podemos darle: la cárcel; pero si bien es cierto que existen estos delincuentes lo que también es cierto y no se nombra, es que lo que yo, en primera fila, vi arder fueron fincas o solares abandonados por sus dueños, llenos de maleza y de restos innombrables los que con inusitada fuerza de la llamas amenazaron nuestras viviendas y vidas, tal fue la fuerza del fuego que las llamas alcanzaron la altura de un 8º piso donde resido. Desde donde vivo se avisa periódicamente a estos propietarios que suelen dilatar en el tiempo la limpieza de estos solares, cuando son ellos los que debieran de preocuparse por mantener sus predios en condiciones, al menos seguras.

Lo del domingo no fue ninguna broma, hubimos de perecer y no digo esto gratuitamente.

Este escrito no tiene intención de quedarse ahí, se lo voy a enviar al alcalde de Vigo, en primera lugar, creo será suficiente, pero llegaremos a los tribunales ordinarios o adonde sea, si esta gestión no es atendida. No podemos volver a vivir otra noche como la del domingo, en la que no solamente se pudo perder nuestros hogares sino también la vida.

Esta misma situación la vi el lunes por la mañana en la Avenida de Europa, donde las fincas quemadas eran las más abandonadas. Pueden verlo ustedes si se acercan allí y aquí. Comparen con otros solares limpios que no ardieron.

Quiero hacer llegar esta denuncia a todos los vigueses para que denuncien las fincas particulares y de la administración que se encuentren en condiciones de abandono, llenas de maleza y residuos combustibles diversos.