Estos días hemos leído en FARO la sentencia del caso de la enfermera infectada del Ébola cuyo perro Excálibur hubo que sacrificar en octubre de 2014, dado el escaso conocimiento científico sobre el potencial riesgo de transmitir el virus del Ébola por parte de los perros.

Menos mal que el recurso de los denunciantes fue desestimado. De no haber sido así, ¡cuántos miles o hasta millones de españoles, sin ir más lejos, hubieran pasado a valer menos que un perro! Porque a todo esto, los dueños del can pedían 150.000 euros de indemnización... y para ciertos tipos de personas, muchas vidas humanas no valen ni el precio de un saludo, ni el precio de una sonrisa, ni el precio del respeto, ni el precio de la dignidad. Muchos sirven a sus mascotas, por ejemplo, como esclavos de ellas, mientras demuestran ser los amos de otras personas. Aunque la culpa no la tienen las mascotas, y sin ellas ocurriría lo mismo. El valor de cada ser no tiene duda: para unos valen más las personas, para otros los animales. ¿Irónico, verdad? Un ser superior valorando más a uno inferior que a un coigual.

En fin, siento haber escrito esta carta en un idioma extranjero e ininteligible para quizás la mayoría. Los pocos que la entiendan, es que aún son "de pura raza", la humana.

Por eso, menos mal que a veces aún prevalece la razón, en lo que a su acepción de cualidad humana de pensar y discurrir se refiere.

Aunque sí me he puesto muy trascendental, siempre nos quedará hablar de los famosos de la tele, de frivolidades o del tiempo. Por cierto, que nadie se entere del estupendo microclima tropical del que gozamos en la ría de Vigo, para así seguir viviendo tranquilitos. Ni que se enteren de cómo podemos subir y bajar a la vez, porque eso nos hace utilizar los dos lóbulos cerebrales al mismo momento, y eso nos permite pensar de otras formas... bueno, o simplemente "pensar", que no es poco. Menos mal...