Desde la añoranza de la persona amiga y también de la flaqueza de las fuerzas, dedico estas emotivas líneas recordatorias al compañero y amigo recientemente desaparecido. Pertenecía a la saga de juristas de apellido Amoedo, cuyo progenitor, D. Juan Amoedo Seoane, polivalente intelectual, conocido político en el pasado, ejerció la abogacía libremente en nuestra ciudad y aún fuera de ella, en los dos primeros tercios del pasado siglo, con gran solvencia y prestigio, como así se recuerda en Vigo. Su hermano Javier, de la carrera Fiscal, desempeña actualmente el cargo de Defensor del Pueblo de Castilla y León.

Juan Manuel, familiarmente conocido por "Jalen", cursó sus estudios de derecho en la universidad de Santiago de Compostela, obteniendo la licenciatura en 1954 para seguidamente incorporarse al bufete jurídico de su padre, de quién recibió las enseñanzas en su ejecutoria profesional, en el ejercicio de la abogacía, que le formaron como destacado jurista, especialmente en las causas criminales, asumiendo defensas en las que contaba más la fibra humana -de la que hacía gala- que la justa retribución, siguiendo el ejemplo de su padre y maestro.

Por abrumadora mayoría en unas elecciones libres y democráticas, convocadas en los albores de los años 1980 para ocupar el cargo de Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Vigo, fue elegido Decano, juntamente con los otros cargos de la Junta Directiva integrantes del equipo que él iba a presidir. Y bajo su batuta de Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Vigo, se acometieron importantes reformas e innovaciones en el Organismo colectivo representativo de la abogacía viguesa, creando la Revista colegial, modificando la Mutualidad para extender y ampliar la cobertura a otros supuestos que demandaban amparo, innovando ayudas a los familiares de los colegiados desaparecidos, alcanzando la institución que presidía un alto prestigio, que le llevó a ser designado Consejero Nacional de la Abogacía española, cargo que compatibilizó con el de Decano. Más tarde es nombrado miembro-jurado del Comité Nacional de Disciplina Deportiva, cuya labor simultaneó con los cargos que ya ostentaba.

Supo mantener una estupenda química con la cúpula de la Abogacía española, y sus representaciones, con cuyo Presidente, por aquel entonces Pedrol Riuss - ya desaparecido- mantuvo una estrecha amistad, lo que le permitía una mayor fluidez en los asuntos que llevaba en cartera en interés de la abogacía.

Al lado de las cualidades descritas, destaca en Juan Manuel su dimensión humana. Esa fibra que le caracterizó siempre y le acompañó a lo largo de su vida.

Hombre cordial, sobrio y leal, cultivaba la amistad con fruición y pasión. Siempre rodeado de amigos que le correspondían con igual intensidad y devoción y que no han dejado de serlo en los días y horas difíciles de su larga y penosa enfermedad que, de algún modo, acabó con su vida.

No volveremos a ver a Jalén, ni a sentirlo, ni a escuchar sus amenas charlas, ni a dialogar con él mismo, ni a recibir sus convocatorias de amigo pero sí estará siempre presente en las múltiples sendas de nuestra memoria.