Confío en que algunas personas puedan compartir las sensaciones y pensamientos que describo en estas lineas sobre la Navidad. Pensamientos grises, contemplando el despilfarro hueco al que se nos invita bajo luces y villancicos, a toda prisa para no darnos cuenta de que “tener”más no nos va a hacer más felices si no sabemos “ser”. Sensaciones luminosas, como la ilusión de que bajo las corazas cotidianas de indiferencia y agresividad late en toda persona la posibilidad y necesidad de construir y compartir pensando en un bien común, y no sólo en beneficio propio. Sentimientos encontrados, bajo la impresión de que el planificado frenesí del consumo devora como un gigante nuestra calidad de vida, pero esto podemos transformarlo. Gran idea sería acompañar las fiestas de algo más que confiera autenticidad a los supuestos “buenos sentimientos”que pretendemos celebrar (y que empalagan hasta la náusea la publicidad navideña). Esa intención debería salir de nuestro entorno más próximo (familia, amigos...) y dirigirse en favor de otras personas que,no siempre lejos, viven o sobreviven injustamente en situaciones de escandalosa precariedad. Hay muchas maneras de actuar: basta con quererlo,buscar cómo y hacerlo.Numerosas organizaciones (la mayoría de ellas,por cierto,asociadas y auditadas externamente para aunar esfuerzos y garantizar transparencia) se ocupan de administrar y optimizar toda ayuda, económica o de tiempo,puntual o periódica,que cada uno de nosotros podría y debería prestar en función de las propias circunstancias. No pospongamos más nuestra decisión de echar unha mano en lo que es más prioritario y de justicia: es mucho más necesariO que la próxima compra que vamos a hacer.Nos hace a todos más humanos.Daría mucho más sentido a esta Navidad y a todas las demás...¡Feliz Navidad! Fdo.:“Una persona parecida a usted”