En el marco de los compromisos europeos de optimización energética, teniendo como horizonte el objetivo 20/20/20 para 2020, surge la necesidad de implementación de sistemas energéticamente eficientes y responsables con el medio ambiente.

En el sector residencial en España los consumos derivados de los usos de calefacción y producción de agua caliente sanitaria (ACS) representan el 60,9% de total (Fuente: IDAE), por lo que resulta obvio la importancia de la aplicación de soluciones "ecoeficientes" para la generación térmica en los hogares. En este contexto, la bomba de calor aerotérmica se presenta como alternativa renovable ante los sistemas tradicionales que, a pesar de ser un sistema sobradamente conocido por usuarios de perfil más técnico desde hace mucho tiempo, es ahora cuando empieza a tener difusión entre el usuario convencional.

Para definir brevemente la bomba de calor aerotérmica, se puede decir que se trata de una máquina térmica que extrae la energía gratuita que se encuentra en el aire ambiente a costa de hacer una pequeña inversión eléctrica para lograr que tenga lugar el ciclo termodinámico que lo hace posible. Este consumo eléctrico es el asociado al accionamiento de un compresor que forma parte del circuito frigorífico (sí, como el de las neveras, pero más eficiente) y un ventilador que hace circular el aire exterior del que se extrae la energía térmica.

Es precisamente esta demanda eléctrica la que en ocasiones "asusta" al usuario particular que se encuentra en búsqueda activa de un sistema de calefacción eficiente para su vivienda, por lo que a continuación se trata de analizar un pequeño ejemplo que ayude a desterrar el miedo a un consumo eléctrico excesivo y facturas desorbitadas.

Someramente se puede decir que la relación habitual entre la potencia térmica entregada y consumo eléctrico en bombas de calor aerotérmicas comerciales es 4:1, esto es, que se entregan 4 kWh térmicos por cada 1 kWh eléctrico consumido (COP=4).

Con esta premisa de rendimiento, se expone el ejemplo de una vivienda unifamiliar aislada con cuatro miembros, equipamiento habitual en electrodomésticos (lavadora, vitro, horno, plancha, etc.) con un consumo medio anual de 4.000 kWh eléctricos y una demanda anual en calefacción de 20.000 kWh térmicos (aprox. 150 m2).

Utilizando generadores térmicos tradicionales, esta vivienda tendría un gasto anual asociado de 400 euros (considerando el precio medio de 0,10 kWh, tarifa 2.0DHA y mercado regulado) en electricidad y entre 1.200 y 1.500 euros en combustibles clásicos (gasóleo, gas natural, etc.).

Si utiliza una bomba de calor aerotérmica como generador, su consumo eléctrico total anual se estimaría en 9.000 kWh., teniendo un coste anual de 900 euros (500 euros sólo en calefacción). Sí, es verdad que este consumo constituye un incremento del 55% sobre su gasto eléctrico básico, pero con un único suministro energético para la vivienda quedan cubiertas todas sus necesidades, y además el gasto total anual se estaría reduciendo en orden del 50% (se recoge en el gráfico adjunto al artículo).

Paralelamente a lo ya explicado sobre los consumos eléctricos asociados a un generador aerotérmico, es importante hacer hincapié en que la elección de una buena tarifa eléctrica contribuye a reducir los gastos energéticos anuales de una vivienda convencional. En el mercado se puede encontrar un amplio abanico de posibilidades que resumidamente se diferencian en el régimen de regulación (Mercado Regulado o Mercado Libre) y la posibilidad de tarificación discriminando distintos períodos de consumo (Para más información se recomienda visitar la página https://tarifaselectricasblog.wordpress.com/).

En resumen, se puede observar que la combinación de un generador aerotérmico de rendimiento estándar y una tarifa eléctrica ajustada a las necesidades de la instalación forman un tándem exitoso para lograr viviendas ecoeficientes y respetuosas con el medio ambiente, sin perder un ápice de confortabilidad.