La obesidad es ya un problema de salud pública en nuestro país. Por eso la comunidad médica y científica está invirtiendo tiempo y esfuerzo en combatir los efectos que el exceso de peso puede provocar.

Y en tiempos de pandemia la situación no ha hecho más que empeorar. Según un artículo científico publicado a finales del mes de agosto en la revista JAMA, señalaba que las personas con exceso de peso tienen un 46% más riesgo de contagiarse de coronavirus, un 113% más riesgo de hospitalización por COVID-19, un 78% más riesgo de ingreso en UCI respecto a la población con peso normal. Además, su riesgo de mortalidad es un 48% superior.

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Para conocer en profundidad la situación de la obesidad en nuestro país, se ha realizado el Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE) cuyos resultados son preocupantes. Según este estudio 53,6% de los españoles tiene obesidad o sobrepeso.

Así, el 22% de los españoles tiene obesidad, sin diferencias entre hombres y mujeres, y el 31,6% presenta sobrepeso, siendo este significativamente mayor en varones.

Tanto la obesidad como el sobrepeso aumentan con la edad, alcanzando la mayor tasa en el grupo de población de 65 años o más. Estos nuevos datos se han publicado en Revista Española de Cardiología (REC),

Por comunidades autónomas, son los andaluces y los gallegos los que presentan niveles de obesidad más altos, en concreto un 26,7% de su población. Les sigue muy de cerca el Principado de Asturias (26,2%) y la Región de Murcia (25,7%).

En el extremo contrario, con tasas de obesidad más baja están Baleares 11,7% de obesidad en su población, Cataluña (16,1%) y País Vasco (16,5%).

 

Pero ¿a qué se deben estas diferencias? La doctora Carmen Pérez-Rodrigo, primera firmante del estudio, explica que «el nivel socioeconómico y el tamaño del hábitat también se asocian significativamente con la obesidad».

De esta forma se observan mayores tasas de obesidad en poblaciones de menor nivel socioeconómico, mientras que existe una asociación significativa entre la probabilidad de obesidad y el tamaño de la localidad de residencia, con menores tasas en localidades de entre 15.000 y 50.000 habitantes respecto a las de menos de 5.000.

Obesidad y factores de riesgo cardiovascular

El estudio ENPE también analiza la influencia de los estilos de vida de la población con el exceso de peso, así como la relación con los factores de riesgo cardiovascular.

Por otra parte, los nuevos datos publicados en Revista Española de Cardiología encuentran una asociación positiva entre el sobrepeso y la obesidad con la dislipemia (la alteración de los niveles de lípidos y proteínas en la sangre, como el colesterol y/o los triglicéridos) y la hipertensión arterial, del mismo modo que la obesidad se asocia con una mayor probabilidad de desarrollar diabetes mellitus.

«La coexistencia de dislipemia, hipertensión arterial y diabetes con la obesidad es significativamente mayor en las mujeres y en el grupo de edad de 65 años o más», detalla la investigadora.

La obesidad contribuye a la aparición de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas y se asocia con una peor calidad de vida y mortalidad prematura.

Por eso, en palabras de la Dra. Pérez-Rodrigo, «es imprescindible poner en marcha estrategias preventivas que favorezcan la adecuación de los hábitos alimentarios, el aumento de la actividad física y la reducción del sedentarismo desde edades tempranas».

Para la experta, «la prescripción del consejo dietético y de ejercicio físico también es esencial en el tratamiento de las personas afectadas».