Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Este dicho popular nos lo podríamos aplicar casi todos cuando hablamos de la protección solar. Cuando terminan las vacaciones recogemos las maletas, guardamos los bañadores y nos olvidamos del sol hasta el verano siguiente.

Y si alguien lo sabe bien son los farmacéuticos, que ven como según crecen los grados en el termómetro, van llegando a la farmacia la demanda de fotoprotectores solares.

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Por eso, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha preparado un documento sobre los mitos y los bulos más generalizados en lo que se refiere a la protección solar. En él repasa 16 tópicos que oímos habitualmente entre amigos, familiares y vecino. Y de esos 16 sólo 4 son verdaderos, el resto no sólo son erróneos sino que pueden poner en peligro nuestra salud.

Así, afirmaciones como que las gafas de sol solo las debemos usar en verano, que los fotoprotectores nos impiden broncearnos o que el uso de fotoprotectores puede provocar déficit de vitamina D son falsas y pueden desincentivar las medidas preventivas y provocar daños en la piel y los ojos.

Así que vamos a repasar, y desmontar si es preciso, los 16 principales mitos con ayuda de los farmacéuticos: