El cementerio parroquial de Santa Mariña de Cambados volvió a llenarse, como cada primero de noviembre, del color y aroma de las flores de difuntos. Cabe recordar la llamativa singularidad de este camposanto, incluido desde el año 2014 en la Asociación de Cementerios Singulares de Europa (ASCE), siendo el primero de la provincia en pertenecer a este selecto grupo, y el cuarto de la comunidad junto con el de San Amaro de A Coruña, el Cementerio dos Ingleses y el de Lugo. Los restos sobre los que se asienta fueron declarados Monumento Nacional en el año 1943 y albergan hoy en día "el más melancólico camposanto del mundo" en palabras del escritor Álvaro Cunqueiro, grand admirador de la villa cambadesa. La única misa que se celebra en este recinto es la del Día de Difuntos.