Peligro: zona peatonal ocupada

La invasión de espacios para viandantes se ha convertido en un lastre en la humanización del centro

Vehículos estacionados en la calle peatonal de Arzobispo Lago.

Vehículos estacionados en la calle peatonal de Arzobispo Lago. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Cada vez son más los vilagarcianos, tanto peatones como comerciantes, que muestran su enfado por la presencia de vehículos que circulan por las calles peatonales cuando está prohibido, o que aparcan durante largo tiempo en medio de las plazas o ante las puertas y escaparates de los negocios.

Se refieren a la tanta veces denunciada invasión de zonas peatonales, en la que son protagonistas los conductores de motos, furgonetas e incluso camiones que entran y salen de esos espacios cuando les apetece, saltándose a la torera la señalización existente, tanto si limita el paso por completo como si lo reduce a un horario determinado.

Policía Local

A pesar de los esfuerzos de la Policía Local por tratar de evitarlo, con jornadas en las que se presta especial atención a estos infractores, el problema no solo persiste, sino que resulta especialmente grave los martes y sábados, cuando se celebra el mercado ambulante y aumenta la superficie peatonal ocupada en la ciudad, tanto por los puestos de venta como por los coches y furgonetas utilizados por los vendedores, algunos de los cuales llegan al recinto después del horario autorizado.

Vehículos durante el montaje del mercadillo ambulante, al filo de las diez de la mñana de ayer.

Vehículos durante el montaje del mercadillo ambulante, al filo de las diez de la mñana de ayer. / M. Méndez

Ni que decir tiene que el gran problema está en el proceder de los conductores que a diario ocupan sin control zonas de prioridad peatonal, en ocasiones circulando a velocidades excesivas.

Embellecimiento

Una forma de actuar que se ha convertido en el mayor lastre para la estrategia de humanización y embellecimiento del centro urbano que plantea desde hace años el gobierno de Alberto Varela en su clara apuesta por la sostenibilidad y la movilidad.

En este sentido, hay que insistir no solo en el riesgo que los invasores de zonas peatonales entrañan para los viandantes –especialmente en el caso de los niños y las personas de movilidad reducida–, sino también en los destrozos que sus vehículos causan en los espacios ya humanizados y/o embellecidos.

Como se está demostrando en los lugares antes citados, la calle de Arzobispo Lago, las plazas de España y de Independencia, la calle de Camilo José Cela y otros espacios humanizados.

Una furgoneta estacionada sobre la acera, ayer.

Una furgoneta estacionada sobre la acera, ayer. / M. Méndez

En relación con esto, tanto el lunes como ayer volvió a comprobarse, y en ello abundan los vecinos y comerciantes preocupados por esta situación, que hay conductores que no usan las zonas de carga y descarga delimitadas por el Concello.

Parando cada poco

Y no solo eso, sino que se van desplazando en medio de la gente con sus furgonetas y parando cada pocos metros para entregar paquetes puerta a puerta. Una práctica que lleva a algunos a detenerse hasta una decena de veces en el trayecto peatonal que avanza desde la calle Castelao hasta el final de Alcalde Rey Daviña, pasando por la plaza de Galicia.

Un vehículo aparcado en la plaza de Galicia mientras su conductor entrega un paquete.

Un vehículo aparcado en la plaza de Galicia mientras su conductor entrega un paquete. / M. Méndez

Estos repartidores dejan sus vehículos en medio de las calles y plazas para marcharse tranquilamente hacia el lugar de entrega de los paquetes, en lugar de estacionar en un punto concreto de carga y descarga para desplazarse a pie y sin importarles hacerlo fuera del horario permitido.

Claro que los hay que cumplen las normas y actúan de este modo, de ahí que también ellos se quejen del proceder de sus colegas infractores.

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