Ni Vilagarcía ni el tiempo fallan a Santa Rita

La ciudad se abarrotó para venerar a la abogada de los imposibles con ofrendas y procesionando | Un devoto subió de rodillas a Vista Alegre a las 6 de la mañana

La multitudinaria procesión recorrió las calles de Vilagarcía bajo un sol espléndido. El día fue mejorando con el paso de las horas.

La multitudinaria procesión recorrió las calles de Vilagarcía bajo un sol espléndido. El día fue mejorando con el paso de las horas. / Iñaki Abella

María López

María López

Al filo de las seis de la mañana un hombre de mediana edad subía de rodillas la cuesta de la calle Vista Alegre hacia la iglesia, una imagen que llamó la atención de otros devotos de Santa Rita que ya estaban congregados en el exterior del templo para entrar a la primera misa del día. Aunque antaño este tipo de ofrendas eran habituales, en la actualidad ya no lo son tanto.

Así comenzaba un día gris y encapotado –con algún chubasco incluido– que para fortuna de todos los fieles de la abogada de las causas imposibles fue mejorando con el paso de las horas, incluso llegando a lucir por la tarde un sol espléndido, también a la hora de salida de la multitudinaria procesión que recorrió las calles de Vilagarcía desde las ocho de la tarde. “No tengo claro que vaya a salir”, comentaba con pesimismo a media mañana una vendedora de exvotos. Y vaya si salió. Miles de personas procesionaron por el centro de la ciudad, además de las que esperaban en distintos puntos del recorrido para sumarse al desfile religioso o simplemente observarlo.

Los devotos cuelgan billetes de la santa en sus ofrendas. |   //  IÑAKI ABELLA

Los devotos cuelgan billetes de la santa en sus ofrendas. / Iñaki Abella

Colas desde las once

La actividad se concentró en el entorno de la iglesia conventual de Vista Alegre, donde desde primera hora de la mañana fueron llegando los fieles para asistir a las misas y realizar sus ofrendas a la santa. La afluencia empezó a considerarse importante a partir de la misa de ocho (se oficia una cada hora entre las 6.00 y las 13.00) y en la de once se registró el primer lleno del templo, quedando fuera decenas de personas que tuvieron que conformarse con escuchar la misa desde el exterior a través de los altavoces.

Pero el abarrote llegó a las doce del mediodía con la misa cantada, la principal de la jornada. La cola de fieles que no pudieron acceder a la iglesia era paralela a toda la fachada del convento de las monjas agustinas recoletas. Con todo, los más veteranos en esta tradicional cita –festivo local en Vilagarcía– recordaban colas que daban la vuelta al edificio. “Otros años he cogido más cola”, admite una mujer situada al final de la fila mientras escucha la misa de doce desde la calle.

Las velas largas y los cuerpos son los        exvotos más comunes. |   //  IÑAKI ABELLA

Las velas largas y los cuerpos son los exvotos más comunes. / Iñaki Abella

Antes de iniciar la conversación está con los ojos cerrados y el semblante serio. “Soy muy devota de Santa Rita pero este año vengo sola, para mí es un año raro”. Rocío Oliveros acude a Vista Alegre cada 22 de mayo, pero siempre solía hacerlo acompañada de su cuñada. “Tenía cáncer y falleció hace dos meses”, comenta entristecida. “Voy a escuchar esta misa y si entro a la de la una me quedo también. Ayer diluviaba, menos mal que hoy por lo menos el tiempo parece que nos da una tregua”, agrega, ya en un tono más distendido.

Quejas por falta de accesibilidad

Familiares de devotos de Santa Rita con movilidad reducida se mostraron ayer completamente indignados al tener que hacer cola como los demás fieles para entrar a la iglesia de Vista Alegre. “Esta situación se repite todos los años sin que nadie haga nada. No hay ni una rampa para las sillas de ruedas”, se queja la hija de una persona mayor con un 90% de minusvalía.

Antes de ofrecerse por la enfermedad de su cuñada, Rocío Oliveros lo hizo por su madre, que fue operada del corazón. “Trajimos un corazón pero este año solo una velita y haré un donativo”, resume esta devota que no dejó de venerar a la abogada de los imposibles ni cuando vivía en León, pues siempre se desplazaba a Vilagarcía en la fecha señalada.

El pulpo, típico de esta romería. En la imagen, Fran Potel. |   //  IÑAKI ABELLA

El pulpo, típico de esta romería. En la imagen, Fran Potel. / Iñaki Abella

En cuanto a la capacidad de la iglesia, comenta que “este año no retiraron los bancos y cabe menos gente”. En este sentido, el jefe del Servizo Municipal de Emerxencias e Protección Civil, Francisco Javier Guillán Busto, que desde las cinco de la mañana estuvo dirigiendo el dispositivo de Santa Rita, calculaba que el templo da cabida aproximadamente a medio millar de personas, con todos los asistentes sentados y solamente permitiendo permanecer de pie en la parte de atrás de la iglesia y en los laterales de los bancos. Los pasillos deben quedar libres para que los fieles puedan llegar a la santa, encender las velas y realizar sus ofrendas.

Los vilagarcianos brindaron por Santa Rita. |   //  IÑAKI ABELLA

Los vilagarcianos brindaron por Santa Rita. / Iñaki Abella

“El amor todo lo puede” en un centenar de rosas rojas

Beatriz Rossi es otra de las incondicionales de Santa Rita que hacía cola para encontrarse con la santa. Estaba de las primeras, por lo que tenía garantizada la entrada en la siguiente misa, la última de la mañana.

Junto a sus pies, dos “capachos” repletos de rosas rojas, cada una de ellas envuelta en un papel ornamental y con una estampita de Santa Rita que rezaba “el amor todo lo puede”. “Es una frase de Santa Rita”, sonríe.

Hubo largas colas en la iglesia desde la misa de once. |   // IÑAKI ABELLA

Hubo largas colas en la iglesia desde la misa de once. / Iñaki Abella

Esta devota, de origen brasileño pero casada con un gallego en Arcade, acude cada año a Vilagarcía para bendecir un centenar de rosas rojas. No tiene ningún invernadero ni tampoco las cultiva en ningún huerto. Las compra y después las regala en las inmediaciones de la iglesia. “Este ramo es para la gente de mi entorno que no puede venir”, aclara.

Su marido tiene una lesión medular. “En todo lo que hemos pedido, ella nos ha ayudado. Yo soy muy agradecida”, confiesa.

Para engalanar las flores, contó con la ayuda de su esposo y su suegra. “El año pasado las traje y no conseguí darlas”, lamenta. Con todo, se considera una persona “con mucha suerte”.

Beatriz Rossi compró cien rosas para bendecirlas y regalarlas.  | // I. ABELLA

Beatriz Rossi compró cien rosas para bendecirlas y regalarlas. / Iñaki Abella

En el exterior de la iglesia, ya desde la calle de Castelao, se agolpan multitud de puestos entre los que predominan los de rosquillas y exvotos, aunque también hay de fruta, juguetes infantiles, artesanía, ... “Ahora hay espacios vacíos, algo que no ocurría hace unos años. Esta romería no ha logrado recuperarse de la pandemia”, comenta una “rosquilleira” que vende velas a precios de entre 1 y 6 euros. Los cuerpos, a 3 euros, son los más solicitados. También las velas altas porque “hay gente que ofrece la vela de la misma altura que la persona”.

En otro puesto Ángeles Carreira dispone de todo tipo de rosquillas, algunas a 4 euros y otras a 5 el paquete. Las caseras tienen mucho éxito, tanto las de huevo como las de chocolate y también las de arándanos, marca de la casa. “Tenemos productos sin gluten y sin azúcar; fuimos los primeros aunque ahora los tengan muchos puestos”, expone la vendedora de Rosquillas Pili Blanco, de Catoira.

Os Terribles de Arousa y detrás, San Agustín. |  //  IÑAKI ABELLA

Os Terribles de Arousa y detrás, San Agustín, en la procesión. / Iñaki Abella

Romería con pulpo a 13 euros

Además de comprar unas rosquillas, el pulpo no puede faltar en la romería de Santa Rita. Es un “imprescindible” que este año vecinos y visitantes pudieron degustar por 13 euros la ración, el mismo precio del churrasco, la “carne ó caldeiro” y el pollo picantón.

Según comenta Fran Potel de “Potel O Pulpeiro” mientras corta con una espectacular destreza un “raxo” del cefalópodo, “hay mucha gente de aquí que trae la tartera para llevarse el pulpo hecho a casa”. Otra opción es degustarlo en la carpa montada en García Caamaño, la calle entre el río de O Con y la plaza de abastos. “El pulpo triunfa en todas partes”, sonríe. “Antiguamente en las romerías se tomaba el pulpo a las ocho de la mañana pero las cosas cambiaron, ahora es más al mediodía y por la noche”, señala el empresario de Pontecesures.

El trasiego de personas por la cuesta de Vista Alegre es constante durante todo el día, si bien por la mañana predominan los fieles locales y por la tarde “hay más gente de fuera”, coinciden los vendedores consultados. Y es que es festivo en Vilagarcía pero no en otros municipios, por lo que los visitantes que se desplazan a la capital arousana para asistir a la multitudinaria procesión llegan un poco antes para acudir a una de las misas de tarde y realizar sus ofrendas a la santa.

Fieles en Vista Alegre.  |  // I. ABELLA

Fieles en Vista Alegre. / Iñaki Abella

La procesión salió pasadas las ocho de la tarde de Vista Alegre. La formaba una auténtica marea humana encabezada por devotos con ramos de rosas y por San Agustín, porteado por ocho personas. Detrás, la protagonista, Santa Rita, rodeada de un manto de rosas rojas sobre los hombros de diez costaleros (hombres y mujeres), a los que seguían varios concejales del PP, como Ana Granja, Elena Suárez y Juan Andrés Bayón en primera fila, junto con el inspector jefe de la comisaría de Policía Nacional de Vilagarcía, Luis Hombreiro.

Al llegar a la plaza de Galicia después de terminar la calle Castelao, la Banda de Música de Vilagarcía dirigida por Jesús Nogueira tocaba un solemne “Señor, me has mirado a los ojos”. El recorrido continuó por Conde Vallellano y a su regreso a Vista Alegre la comitiva volvió por la plaza de Galicia.

Hoy, atracciones más baratas

La festividad de Santa Rita terminó pero continúan las atracciones emplazadas en la zona TIR, ya que la Concejalía de Cultura que dirige Sonia Outón y los feriantes acordaron establecer hoy el Día del Niño y de la Niña, por lo que carruseles y tiovivos funcionarán a precios reducidos para el disfrute de los más pequeños de la casa.

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