La odisea de una mujer de Dena para encontrar plaza en una residencia pública de la tercera edad

La hija tuvo que ingresarla en una privada | Piden la mediación del presidente Rueda

La mujer se encuentra en la residencia de Covelo.

La mujer se encuentra en la residencia de Covelo. / FDV

Tino Hermida

Situación desesperada para una familia de Dena, que desde hace ocho años pelea por encontrar una plaza para su madre de 78 años en una residencia pública de la tercera edad, condicionada por su grado de discapacidad del 75 por ciento, y que desde hace años, se ve agravada aún más una demencia galopante.

Su hija, Silvia Fariña, reconoce verse desbordada conforme empeoraba la dolencia de su madre. Fue en 2016 cuando, a petición de la familia, su madre pasó a integrar la lista de espera para su ingreso en una residencia pública. El tiempo pasó en balde. Añadido en 2021, y sin comunicación previa a la familia, la madre fue excluida de dicha lista por la Xunta.

Alojamiento en Covelo

En ese tiempo, abatida por la situación, a la familia no le ha quedado otra que recurrir a una residencia privada. “En la comarca de O Salnés, o incluso Pontevedra o Vigo -explica Silvia Fariña- los precios eran prohibitivos, con una coste de 2.700 por mes, y a lo que más pudimos fue recurrir a una residencia en Covelo, que está muy lejos, a hora y cuarto de Dena, por un precio de 1.500 euros”.

Unos precios que, explica esta afectada, “desde 2022 las tarifas en residencias privadas han crecido 200 euros sobre unos precios de por sí prohibitivos… Urge que las administraciones adopten medidas prácticas”. Curiosamente, el haber solicitado acceso a una subvención de la Xunta para este fin, le costó el que su madre resultara excluida de las listas de espera de residencias públicas.

Listas de espera imposibles

Silvia Fariña y su familia han tenido de volver a pelear así el derecho de su madre a figurar en esas listas de espera, mismo dirigiendo en su día una carta el presidente de la Xunta. Lo han logrado al fin, al reconsiderar la Xunta su decisión. Pero no más en lo práctico. A su madre le lastra su grado 2 de dependencia, pendiente de una nueva valoración por el agravamiento de su dolencia por demencia. “Aún así -agrega Silvia Fariña- estamos a la espera de un informe de un neurólogo geriátrico, pero esa cita la tenemos aún en septiembre”.

Así, un llamamiento a la Xunta para actuar en dar una cobertura digna a los mayores con necesidades, un problema real y creciente.

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