La Coral de Sobradelo celebra 40 años de música, cultura y orgullo

Este 2024 se cumplirán 40 años desde que la Coral de Sobradelo echó a andar. Una iniciativa que puso en marcha el párroco Daniel Espiño y que Xesús Portas se encargó de dar forma a base de una implicación y un compromiso que fue aglutinando voces a su paso.

“Don Daniel tenía unas primeras comuniones. Había un pequeño coro y me pidió echar una mano. Había una joven que tocaba la guitarra y las otras personas eran ya mayorcitas. Empezamos con un grupo de menos de diez y poco a poco fuimos creciendo”, señala el todavía director.

Uno de esos componentes, a la par que fundadores, es Manuel Vázquez quien considera que “tuvimos la gran suerte de que Xesús Portas tomase las riendas. Establecimos unos lazos de amistad entre director y coralistas que son los que todavía sostienen la formación”.

La primera actuación de aquel grupo que, casi sin darse cuenta, proyectaba la imagen de una parroquia activa socialmente, fue en la biblioteca de las torres de Doutor Tourón. Allí estuvo un grupo pequeño de voces que, en su mayoría, siguen ensayando semanalmente en el local parroquial de Sobradelo junto a otras que se han ido incorporando a lo largo de todos estos años.

Era tal la energía y la ilusión que el nombre de Sobradelo empezó a escucharse en toda Galicia, e incluso fuera de ella. Recuerda Manuel Vázquez que “fuimos avanzando, mejorando técnicamente y ampliando el radio de las actuaciones. Cuando llevábamos 10 años ya habíamos ido a Viveiro a un encuentro de música religiosa. Fuera de Galicia fuimos a Asturias en un par de ocasiones. Estuvimos incluidos en un programa de la Xunta y nos dieron una subvención para dar conciertos en diferentes puntos de Galicia. Estuvimos entre 3 y 5 años y fue una etapa muy bonita”.

Una trayectoria tan larga también tuvo momentos menos álgidos. Fue una vez superadas las dos primeras décadas de actividad cuando la continuidad de la Coral corrió peligro. Recuerda el propio Xesús Portas que “tuvimos nuestras crisis. Yo mismo, por temas personales, estuve unos meses sin poder asistir. Poco a poco se fue remontando y solicité ayuda. Fue entonces cuando Ramón Latas me echó una buena mano en la dirección e incluso vino gente más joven para cantar. Todo se fue sorteando bastante bien y aquí seguimos”.

El repertorio es otra de las mejores demostraciones de tantas horas empleadas en hacer crecer a la Coral como patrimonio musical, cultural y social de Sobradelo. En este sentido, Manuel Vázquez afirma que “podemos tener más de 200 canciones entre música profana, religiosa, coros de ópera, zarzuela, habaneras, villancicos, música sacra, música gallega… Además, siempre estamos con alguna pieza nueva. Empleamos tiempo para recordar las distintas voces y recuperar canciones. Cada año incluimos 4 o 5 canciones nuevas. Xesús siempre quiere diversificar e innovar y tener el coro siempre activo”.

El paso de los años ha obligado a reducir la actividad a celebraciones religiosas en fechas puntuales. Ahí es donde radica la principal preocupación de los componentes actuales de la Coral de Sobradelo. La falta de relevo generacional ha hecho que la media de la edad de los componentes supere los 65 años y, ya no solo el futuro, sino el día a día, se encuentra con los lógicos inconvenientes. 

La nómina de coralistas es actualmente de 26 personas (10 hombres y 16 mujeres) y no se atisban nuevas incorporaciones. Xesús Portas no es ajeno a la situación y al cambio de hábitos de ocio de las nuevas generaciones. “Es muy complicado que se sume gente. Es algo que sufrimos la mayoría de agrupaciones culturales”.

En la misma línea se expresa Manuel Vázquez al apuntar que “los gustos de la juventud no van por ahí y luchar contra lo que no gusta es muy difícil. Nos vamos haciendo mayores y hay alguna imposibilidad que nos condiciona. Eso hace que se vaya menguando la energía de la Coral. Xesús, con su compromiso, es el que aguanta todo y tira de nosotros en todo momento”.

La pandemia también tuvo sus consecuencias. Sin ir más lejos, fueron dos años sin poder reunirse que obligaron a ir retomando paulatinamente la actividad. Con todo ello, Manuel Vázquez invita a formar parte de un colectivo que no cierra las puertas a nadie. “Está claro que las puertas están abiertas. No es necesario tener una gran voz. En absoluto, con aportar una voz que sea capaz de afinar y de empastar sería suficiente. Tiene que haber un poquito de oído y disciplina. Además, es muy bonito y muy gratificante”.

Celebrar cuatro décadas de vida este año es ahora el reto de una formación cultural que se mantiene contra viento y marea.