"Lo que el viento le llevó", a un vendedor de la ONCE en la plaza de Galicia de Vilagarcía

El fuerte viento tiró su puesto y esparció por la plaza de Galicia casi todos los boletos que tenía a la venta

Mucha gente acudió a ayudarle pero alguien se aprovechó del revuelo

Marcos Martínez vendió por la tarde los cupones que pudo rescatar tras el vendaval. |   // IÑAKI ABELLA

Marcos Martínez vendió por la tarde los cupones que pudo rescatar tras el vendaval. | // IÑAKI ABELLA / A.Touriño

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Absoluto revuelo en la plaza de Galicia sobre las cinco y media de la tarde cuando un remolino de viento se llevó literalmente por los aires los cupones del día del padre, rascas y tiras del puesto ambulante de la ONCE que tenía instalado Marcos Martínez, uno de los vendedores más conocidos en el centro.

La ráfaga, aunque breve, demostró una fuerza tan brutal que derribó del tenderete y se llevó consigo varios manojos, algunos sujetos con pinzas. “Algunos cupones llegaron a la quinta planta del edificio de Abanca”, subraya impresionado el vendedor que vio como sus ganancias volaban en un abrir y cerrar de ojos.

Eran muchas las personas las que se encontraban en el lugar y vieron lo que ocurría. De hecho unos cuantos se apresuraron a recoger los numeroso boletos que cayeron sobre la fuente de la plaza de Galicia y también en distintas zonas de la calle, con la sana idea de devolvérselos al vendedor. Pero también hubo algún avispado que encontró la ocasión de llevarse algunos cupones de regalo.

Aunque todavía es pronto para determinar exactamente las pérdidas, el vendedor de la ONCE echa en falta un manojo de cupones del especial del día del padre, valorados en unos quinientos euros.

Pero también tiene que recontar todos los demás: los rascas, los correspondientes al sorteo diario, los del siete o los de “tu día de la suerte”, por lo que la pérdida ocasionada por esta sacudida del viento puede ser mucho más gravosa para su bolsillo.

Marcos Martínez ya comunicó los hechos a sus superiores y tenía pensado presentar una denuncia ante la Policía Nacional al finalizar la jornada laboral cuando realmente haya cerrado la caja y conozca fehacientemente la diferencia.

Garantías

Una verdadera faena que sin embargo no le detuvo el resto del día pues siguió vendiendo a un ritmo casi superior al de otras jornadas de viernes, mitigando en cierto sentido el enorme disgusto que le ocasionó el vendaval en esta ocasión.

Y es que el problema para los vendedores de la ONCE es que sus cupones no tienen las mismas garantías que los décimos de la Lotería de Navidad, que pueden ser anulados en el caso de un robo o un accidente meteorológico como el que se registró en la tarde de ayer en pleno centro de la ciudad de Vilagarcía.

Cupones voladores

Debido a esa imposibilidad de seguir el rastro de los cupones voladores, en el supuesto de que fueran agraciados el próximo 19 de marzo podrían ser cobrados por la persona que se apropió de ellos de una forma tan incorrecta, ya que aprovechó el barullo para guardarse el taco de más precio.

Aunque la responsabilidad de la custodia de todos estos boletos de la ONCE corresponde exclusivamente a los vendedores, no es descartable que cuenten con algún tipo de seguros que se haga cargo de esta pérdida involuntaria, consecuencia de un accidente meteorológico.

En Vilagarcía son más de una decena de vendedores del cupón de la ONCE, cada uno de ellos con su zona asignada en los espacios de más tránsito peatonal.

Las ventas diarias de cupones en la localidad son bastante jugosas a tenor de las colas de clientes que en ocasiones pueden verse en sus puestos, pero sobre todo por la cantidad de premios que reparten, incluidos gordos de miles de euros como el que vendió la compañera que se sitúa en la rúa de Castelao hace dos meses.

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