¿Desova antes la lamprea y por eso ya no se encuentra cuando se la espera en el río Ulla?

Los marineros regresan a casa con una o dos piezas frente a cien de otras épocas

Una de las “pesqueiras” romanas.

Una de las “pesqueiras” romanas. / FDV

Antonio Touriño

Antonio Touriño

La Dama del Ulla vuelve a mostrarse esquiva en la presente campaña y los pescadores creen que quizás hayan mudado los hábitos de tal modo que habría que estudiar un adelanto de la campaña a los meses de noviembre y diciembre. El cambio climático es uno de los pensamientos recurrentes.

Unas 16 embarcaciones del entorno de Pontecesures tienen autorización para pescar lamprea en la campaña que comenzó el pasado 1 de enero; pero de ellas solo seis o siete salen cada día y regresan con uno o dos ejemplares. Nada más.

La Dama del Ulla ya cruzó el río

Valeiros en el río Ulla durante la recogida de las nasas butrón habilitadas para esta pesca. / Iñaki Abella

“Es cierto que tienen un tamaño extraordinario”, afirma uno de los valeiros consultados que presume de un ejemplar de casi dos kilogramos de peso; casi el doble de lo que es habitual, lo que eleva su precio a unos 90 euros netos, sin IVA, claro está.

Aún así, el trabajo no les resulta rentable. Son varios los marineros que ya valoran suspender la campaña porque, afirman, no ganan siquiera para gastos de gasolina de sus embarcaciones.

Y es que llegar a puerto con una o dos lampreas es escaso aliciente para estos profesionales que hace cuatro o cinco años llegaban a capturar un centenar de piezas al día, en el mismo lugar.

Entienden que debe haber otros motivos para que la Dama del Ulla se muestre tan esquiva pues “este año es peor, incluso, que el pasado”, a pesar de que el tiempo es bueno y el caudal del río es inmejorable para la actividad.

Suponen que la situación debe estar relacionada con el cambio climático. “Habría que hacer un estudio sobre el comportamiento de las lampreas y si han adelantado el desove a los meses de noviembre o diciembre”.

Y esta hipótesis la basan en el hecho de que también parece que se produjo un adelanto en la época de reproducción. “Yo ya he visto crías en el entorno de A Illa de Arousa en estos días, cuando lo normal es que su presencia se observe en el mar a finales del mes de febrero o a principios del de marzo”.

De momento, la ausencia del apreciado pez prehistórico sigue siendo un enigma, que los profesionales esperan poder resolver cuanto antes para que su actividad vuelva a tener la relevancia de siempre.

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